Hace ya varias décadas que algunos organismos no eran apetitosos. Ejemplo: Al Comité de la feria leonesa nadie quería entrarle por el temor de salir raspado.
Dado lo anterior los gobernadores ordenaban: “Fulano va”. Y fulano ejercía ese poder que tiene datos interesantes como, por ejemplo, que no resultaba trampolín seguro para puesto público, menos alcanzar la Alcaldía.
El único que hizo esa carrera, sin tropiezo fue Ángel Vázquez Negrete. Compadre de Juan José Torres Landa. Y es pertinente anotar que en los dos cargos salió airoso.
En el primero resultó con números rojos. En el segundo, no se puso en favor de ellos; pero medio entre los usuarios que se opusieron a los abusos por la apertura del Eje. Llegó a meterse entre la Policía que reprimía violentamente a los protestatarios.
Pero, ese es otro tema.
Desde el Comité de la Feria han habido personajes con un gran tino. Otros nefastos como aquel señor que en su último informe declaró que habían sobrado unos pesos pero se los repartió a unos muchachitos para tortas.
En lo positivo salen recursos para Explora y otros centros de fomento a la ciencia y la cultura, lo que valdrá la pena espigar en alguna ocasión.
Lo cierto, respecto a este ahora Patronato es que, como algunos otros, se ha vuelto bocado de cardenales, o sea apetitoso. Es, para no pocos, como una especie de trampolín.
Los teóricos del poder les aconsejan (por eso les pagan) les venden la idea de que de ese sitial van derechito a la Alcaldía.
No ven imponderables, menos los adivinan. Es un camino recto que no tiene recodos.
Por lo anterior el o los aspirantes a gobernarnos desde el ya anticipado se acomodan o tratan de hacerlo. Mueven piezas, “cabildean” y realizan los famosos amarres. ¿Con quién, en dónde y a qué horas? Sólo ellos lo saben. Son como secretos de estado.
Igualito al evento en donde Luis Echeverría Presidente, le llamó a López Portillo (José) para informarle que sería su sucesor. Con la advertencia de que no se lo dijera ni a doña Carmen, su mujer.
Obvio que todo mundo percibió, sin dotes de adivino, que ya estaba trabada la sucesión.
Los magos, estudiosos del tarot, húngaras que adivinan la suerte ¿lo descubrieron?
No, nada de eso. Simples mortales que se percataron de la entrevista, escucharon tras de la puerta, vieron, al salir, el rostro del agraciado, cómo sudaba o la forma en que se frotaba las manos y dedujeron que le había tocado el premio mayor.
Como del cielo a la tierra no hay nada oculto, luego entonces lo que parecía verdad, fue cierto.
Igualito a ese fenómeno está lo del Patronato de la Feria, que aún se denomina regional. Ya apareció Juan Carlos Muñoz Márquez. Que es “el bueno”.
De inmediato se desarrolló una especie de estira y afloja por demás artificioso. José Arturo Sánchez Castellanos, del Consejo Coordinador Empresarial, salió para oponerse, dizque porque se trata de un político. (Y el propio José Arturo, ¿qué función ejerce?).
El juego del líder es evidente: vende caro, con expresiones, su apoyo para lograr una buena ubicación. Esos liderazgos, también, a la larga o a la corta, reditúan. Allí está quien encabeza SAPAL.
Don Héctor René, Alcalde leonés, como no queriendo asomar la carta que tiene en la mano, pidió que al aspirante lo consideren como empresario.
O sea que, en definitiva mostró el as que le llegó. ¿De dónde?
Un dato importante del que va derecho y no se quita, es que una vez declaró que los diputados, siéndolo él, “ganaban muy poquito”.
De llegar a presidir la Feria, ¿de cuánto pretenderá que sean sus emolumentos, por hora, día o mes? Si los equipara con lo que gana en su negocio, le van a quedar a deber.
Aunque a poco nos presume gratuidad, para luego cobrar en especie. ¿Qué podría ser? Bueno, tal vez la candidatura a la presidencia municipal lo que, para sus aspiraciones, no estaría mal.
Lo más interesante de este fenómeno social y político es saber, descubrir, cómo opera ese mecanismo, porque permítanme los lectores y las lectoras recordarles que ese Patronato se forma por personas de diferente representación, que sanciona o nómina -en teoría- el Honorable Ayuntamiento.
Claro, se percibe, que a propuesta del Alcalde y atendiendo, otra vez en teoría, la propuesta de diversos organismos.
Luego el Patronato es autónomo. ¿O no?. Ya no repito que en el papel formal.
En donde está el misterio o fondo de la tenebra, es en saber cómo le llega la propuesta al Alcalde. ¿Quién y cómo mece esa cuna del poder?
Luego valdría la pena saber la forma, modo, mecanismo que se emplea para que los miembros del Patronato sean anuentes a la propuesta. ¿Les mandan señales de humo, o gesticulaciones como en el beisbol?
Puede ser que sea pura intuición, o que al ver, oír, lo que declara el Alcalde, ya saben por dónde va la decisión, que vino… ¿de dónde?
Ese es el fondo del misterio. Como lo es si el Patronato ferial es teórica y realmente autónomo.
