Curiosa o mejor dicho dramáticamente, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León está viciado en sus orígenes y en la acción.
Jorge Ramírez, que así se llama el personaje central, logró el sitio sin mucho esfuerzo ya que cabildeos y relaciones lograron que brincara de organismo patronal para caer en firme.
Me van a decir los teóricos de la administración pública que el procedimiento tiene peros, o sea pasos, escalones, y que cuestiones como estas las decide el Hache Ayuntamiento.
Es verdad lo anterior, en purísima teoría que suena re-que-te-bien; pero en la realidad los consejeros de SAPAL ya van lavados y planchados. Igual quién los encabezará. ¿Desde cuándo se ostentaba el nombre?
Porque ese engañoso proceder es un vicio, hemos dicho e insistido que SAPAL (y más con semejante caudal financiero) ha de retornar a ser dependencia directa del H. Ayuntamiento.
Como está constituido ese organismo, no de ahora, de hace mucho, se demuestra que adentro le jalan a la cobija personajes que con argucias se ocupan de lo suyo, o sea logran beneficios personales o cuasi-familiares, llegando al grado de venderle gasolina al organismo, sin que el surtidor tuviera planta para ello. ¿Cómo lo hizo? ¡Averíguelo Vargas!
SAPAL no corrige sus errores ni porque el Procurador del Consumidor, Ricardo Shiefield, diga que en muchos casos surte y cobra aire en vez de agua. Nadie hace caso, antes al contrario a quien gestiona o protesta le doblan el cobro para que se calle o reviente de coraje.
SAPAL lo está haciendo muy bien para darle cultivo a la oposición; quien lo dude refrésquese la memoria recordando que hace unos días el diputado del PT, Fernández Noroña, vino a protestar por pésimos servicios y escandalosos cobros de SAPAL.
Curiosa o penosamente el Alcalde, que debió mandar al legislador con Jorge Ramírez, que preside ese organismo, él, Héctor, le atendió y prometió seguridades.
Lectores, no quiero que tengan un domingo con gotita de amargura pero resulta imposible ocultarles que a Cervín, A.C. que atiende a niños especiales, luchamos porque le conectaran el agua. Lo logramos no con Héctor López sino en el ratito que estuvo Luis Ernesto Ayala.
Sin embargo el gozo se fue al pozo ya que comenzaron a cobrar, de SAPAL, por supuesto, una tarifa que en unos meses llegó a 97 mil pesos. ¿Causa, motivo, fundamento? Que porque en SAPAL hay unos documentos firmados por no se sabe quién, que esa institución tiene qué pagar. Y si no: ¡corte!
Eso aparte de ser inhumano a todas luces, involucra al Código Sanitario. Sería bueno darle una consultadita.
Pero la cereza del pastel apareció muy pronto, no como el agua que se filtra, sino abruptamente: SAPAL le otorgó un contrato millonario al cuñado del Presidente del organismo.
¿Qué les parece, mis pacientes lectores (as)?
Lo que produce mayor escozor en la inteligencia y el ánimo, es que se nos diga que el titular del organismo no influyó y menos decidió. O sea, se hizo a un ladito y los consejeros, es un decir, sin saber ni suponer cuñadismos. ¡Votaron el sí!. Como si estuvieran jugando a la gallinita ciega.
Lo peor de este caso es que nuestro Alcalde ya se involucró en el asunto, sin tener necesidad declaró que Jorge Ramírez, cuñado del cuñado, no votó en el caso.
¿Qué necesidad estructural, social, moral tenía don Héctor René para meter la cuchara? Porque a partir de esa su actitud, se puede uno, ingenuamente si se quiere, imaginar muchas cosas, hasta que avala tal manera de proceder.
¡Hay casos en los que el mutismo sale barato!
Ahora bien, si la mujer del César no tiene que ser honesta sino además parecerlo, ¿qué procedería, en este caso no de acuerdo a un código nada escrito de moral pública sino acorde con el más común de los sentidos, para demostrar que se tiene las manos y la conciencia limpias?
Una de dos actitudes: que Jorge Ramírez renuncie a la presidencia del Consejo en SAPAL, lo que se antoja imposible. La otra: que el cuñado se abstenga de ejercer ese contrato.
Los ciudadanos aplaudiremos si aflora la sensatez y se nos demuestra que los servidores públicos, de todos los niveles, son ejemplo para el pueblo, en el decir y hacer.
Ojo: en el envío anterior se menciona como presidente del Consejo de SAPAL a Jorge Campos. En realidad es Jorge Ramírez. Gazapo corregido a tiempo.
