Pido perdón queridos lectores por extenderme, pero de este tema considero saber algo y haber vivido también ya algo. El muérdago, la plaga del muérdago, acaba con nuestros árboles y lo seguirá haciendo.
La contaminación, la falta de lluvia, la ausencia de estímulos económicos a los voluntarios que lo quitan, la rápida propagación por aves, todo, juega en este hecho real: el muérdago es una plaga que está matando a los árboles que tanto necesitamos, creciendo a una tasa del 10% anual.
Para combatir al muérdago (plaga centenaria, por cierto), la cuestión no es realizar más estudios (sabemos las causas y las estrategias), sino en cómo construir una red interinstitucional para obtener realmente resultados.
Sabemos quienes tenemos años en esto, dónde están los lugares más críticos y las técnicas más y menos efectivas para controlarlo. ¿Por qué digo que es un error que el municipio le meta dinero a hacer un diagnóstico? Porque quienes llevamos años en esto ya conocemos el origen y la solución. El asunto es meter las manos y combatir la plaga.
Aproximadamente el 75% del arbolado urbano en el estado de Guanajuato (y el 85% de León) está infectado con muérdago, esta planta parásita que absorbe y se alimenta de los nutrientes del árbol. El mezquite, especie endémica de nuestro estado, se encuentra amenazada por esta planta.
Asociaciones como “Mezquite sin muérdago A.C., efectivos en combatirla, podrían hacer más con apoyos pues tienen años realizando esa intensa labor de limpia en la zona norte de la ciudad.
Soy de los que opinan que no se requiere que el municipio o el estado metan dinero a los diagnósticos. No. Lo que se requiere es apoyar las acciones de empresas y de la sociedad.
Es fácil construir el mapa de puntos críticos y ampliar los remedios biológicos, complementando con premios a los ciudadanos que entreguen muérdago extirpado, llevando evidencias.
Lo inteligente hubiera sido meter mejor, recursos a un fondo para estimular (sugiero que al 50%) a las organizaciones que limpien árboles y parques y avenidas, de la plaga; todo, contra la entrega de la plaga ya cortada.
Esto es, reembolsar al ciudadano y empresa, por tonelaje, por la plaga extraída. Esto generaría un estímulo para extirparlo de nuestros árboles.
Un fondo revolvente de 10 millones de pesos puede durar 10 años y eliminar la tercera parte de la plaga y, además, concesionar a un particular para que el muérdago recolectado se haga composta, eliminando solamente la posibilidad de que se reproduzca y como potencial para usarlo forraje en ganado o como papel reciclado. El Municipio podría extender recibos deducibles de impuestos.
El muérdago es una planta parásita que absorbe y se alimenta de los nutrientes de árboles como el mezquite, aunque en León ataca también a fresnos, casuarinas, pinos, laureles, jacarandas y cuanto árbol florece.
Crece en manojos en los troncos y de ellos obtiene el sustento para vivir.
El muérdago llega a un árbol sano gracias a los pájaros que transportan una semilla que comieron de un árbol enfermo.
Al defecar la semilla, ésta se pega en una rama, comenzando el proceso de germinación en el propio árbol.
La semilla se adhiere al árbol formando un nudo para comenzar a alimentarse y crecer, con el tiempo florecen infectando todo el árbol para envolverlo, estrangularlo y secarlo.
A partir de que la semilla del muérdago se injerta en el árbol se necesitan de 1 a 2 años para que genere semillas y éstas son las responsables de iniciar la germinación en otro árbol sano.
Así que está claro que este tiempo es considerable para ayudar a controlarlo.
Nos hace falta más árboles para bajar la temperatura y aumentar la humedad y atrapar más bióxido de carbono.
La mejor temporada en que se pueden curar los árboles es de abril a diciembre, ya que como toda planta se desarrolla más en primavera y verano; si trabajamos en este tiempo se evitará que en meses fríos la semilla del muérdago madure y se propague gracias a los pájaros que la buscan de alimento.
Es torpe la idea del municipio de meterle dinero a diagnósticos, en lugar de acudir a las redes sociales como FURA (Fundación Rescate Arbóreo) y a los comités de vecinos en el 20% de las zonas críticas y generar un incentivo económico para acabarlo.
Aquí se trata de atacarlo y muchas veces con las manos.
Se trata de que el Municipio apoye las iniciativas que ya existen; es conjuntar los esfuerzos institucionales del gobierno municipal, universidades, empresas y de asociaciones civiles.
Para quienes por décadas hemos trabajado en la contención del muérdago, desde las iniciativas de Agua y Bosque, A.C. con don Jorge Arena Torres Landa como en la ANP Sierra de Lobos, nuestro enfoque debe ser apoyar a quienes efectivamente han logrado contener el muérdago.
No hay otra manera de hacerlo, antes de que acabe con los árboles de la ciudad.
*Director de la Universidad Meridiano, AC
