Rescatar las 500 hectáreas erosionadas de San Juan de la Vega y convertirlas en pastos de engorda de ganado, podría dejarle a los productores de esa región ingresos anuales por 4.8 millones de pesos, explicó el investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Ramón Aguilar García, con 25 años de experiencia en el tema de regeneración de suelos.
Recuperarlos y producir alimentos significaría tener 300 kilogramos de pasto vivo por hectárea y generar cada año 168 de kilogramos de carne por hectárea; es decir, 84 mil kilogramos por año de carne fresca y de calidad.
Se trata del proyecto de crear el centro de engorda más grande del estado en 500 hectáreas de cultivo que estaban abandonadas en San Juan de la Vega, impulsado por Mauricio Usabiaga Díaz Barriga, presidente del Comité del Sistema Producto Bovinos Carne en Guanajuato, y los ejidatarios de la zona.
Es Celaya lugar idóneo para engordar ganado
Las condiciones climáticas y de humedad, hacen de Celaya una región ideal para que el proyecto de regeneración de suelos prospere y, por ende, el lugar preciso para establecer en él, el centro de engorda de ganado más importante del estado.
Ramón Aguilar García, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), dijo que en el proyecto que impulsan en San Juan de la Vega, de acuerdo a las precipitaciones que en promedio se registran en Celaya, la probabilidad de éxito de regenerar los suelos y engordar ganado es del 90%, es decir al menos 9 de cada 10 hectáreas darían excelentes resultados cada año.
“Allá me puede dar una producción de forraje con un 90% de probabilidad y tengo de 3.7 toneladas de materia seca por hectárea en el ciclo de lluvias, eso significa que en cada 9 de 10 hectáreas tengo la probabilidad de que eso ocurra, con eso necesito 1.5 hectáreas para un animal.
“Con un 90% de probabilidades de éxito en 200 hectáreas tendríamos la producción de 33.6 toneladas de carne al año e ingresos por 1.9 millones de pesos, si son 500 hectáreas los ingresos serían de 4 millones 802 mil pesos. Y si se asocian con empresarios establecen buenos nexos son otros niveles de cómo se conecta con quien conoce del beneficio de llevarle hasta el mercado en una presentación inocua, con calidad y rentable para todo mundo”, explicó.
Aguilar García tiene desde 1998 de forma ininterrumpida desarrollando la investigación: “Proyecto integral para el abasto sustentable de agua y forraje para la ganadería de Guanajuato”.
Y es en México el investigador más especializado en temas de rescate de suelos erosionados y abandonados.
Fue contactado por el empresario Mauricio Usabiaga Díaz Barriga, presidente en la entidad del Sistema Producto Bovinos Carne, para que sea quien intervenga en el proyecto de regeneración de suelos en San Juan de la Vega.
En un primer año -dijo- podrían ya tener los primeros forrajes de avenas y sorgos porque son de crecimiento rápido.
“No debe entrar animal mientras no tengan la comida suficiente, creo que por las condiciones había forraje de muy buena calidad y se podría ensilar, y en función de lo sembrado podríamos saber cuántos animales meter”.
El investigador expuso que pueden obtener pastos de excelente calidad en proteína, y en los que se hace un corte al año, dando una posibilidad de alimentar a un animal por cada 1.5 hectáreas.
“Pasto de excelente calidad que se mide en el contenido de vitamina cruda, necesita mínimo un 7% y ahorita este pasto antes que floree está entre 11 y 14% de proteína. Al pasto se le hace un corte al año pero en años de promedio a lluviosos se pueden hacer dos cortes y se podría ensilar para tener forraje de calidad y barato”.
Y apuntó que una de las ventajas de esta zona es su abundancia de agua.
“Llevarlo al Bajío técnicamente para mí es muy fácil ahí la bronca es el conflicto social, llevarlo ahí es lo más sencillo que se pueda imaginar, porque tenemos mucho más agua que aquí en el norte del estado”.
Y aún hay potencial
El investigador dijo que en el polígono de Celaya y la región, existen unas 406 mil hectáreas con potencial para producir forraje de calidad que controlar la erosión, mejorar los suelos, y contar con alimento para el ganado.
“Con el pasto si el año es seco yo no pierdo como en el caso de cultivos demandantes de agua como frijol y cereales, con el pasto además si el año es excesivamente lluvioso no pierdo por exceso de agua y me da todo su potencial, el pasto además me permite técnicamente dejar agua en tránsito”.
“Hay productores que ya parte de esto lo están poniendo en práctica desde 1992 para acá, son muy pocos porque hay que romper modelos y paradigmas, es mucho muy difícil entre el agricultor, creo que en el fondo lo que pasa es que les da miedo.
Detalla proyecto
Ramón Aguilar García explicó que su proyecto consiste -primero- en capacitar técnicos que puedan liderar el proyecto en las comunidades. Los técnicos dirigen acciones tendientes a sembrar pastos y cereales en las tierras que permitan frenar la erosión y recuperen sus nutrientes.
Ante la problemática en los acuíferos el proyecto contempla sólo el uso de agua de lluvia para la regeneración de suelos y producción de alimentos para ganado y los resultados son a largo plazo.
“Estamos produciendo conocimiento para la debacle que se nos viene, el agua como insumo del subsuelo o de una presa tiene los años contados definitivamente, aquí en el norte no nos va a durar más allá de 2030 de los tres mil aprovechamientos van a ser no menos de mil por incosteables.
“Podemos tener mucho dinero pero si tenemos dañada la fuente para producir alimentos, con suelos contaminados la reserva de agua en una presa o el subsuelo con problemas muy serios, lo caótico de la industria que como va llegando exigen agua de calidad pero devuelven agua de pésima calidad, entonces tenemos suelos altamente contaminados
La regeneración de suelos es posible, así como también tener forrajes para alimentar al ganado y producir carne.
En el campo experimental de San Luis de la Paz, por ejemplo llevan casi 20 años plantando pastos y los resultados son abismales.
“Llegué en 1987 la capacidad de campo era de un 25%, es decir la cantidad de agua que pude retener contra la gravedad, en ese indicador estamos entre 35 a 45% y en menos de 30 años es un logro muy grande. Los contenidos de materia orgánica estaban en menos de 1.5% ahorita estamos arriba de 2% y traemos suelos plus donde de forma artificial les hemos estado agregando y traemos 6.4% de materia orgánica. Las tasas erosivas eran de 25 toneladas por hectáreas y ahora son de cero, por el contrario se está haciendo suelo, significa tener energía encapsulada en materia orgánica”.
Habrá beneficios ecológicos y sociales
Impulsar un proyecto de regeneración de suelos permitirá regenerar la biodiversidad en la zona de San Juan de la Vega.
“La pirámide alimenticia se va re-equilibrando, si buscamos en estos campos experimentales encontramos termitas, juegan un papel muy importante en el ciclo del carbón y nos habla de la salud de un suelo”.
“Pero también hay fauna micro de la que necesitaríamos un microscopio para identificarla, y ya comenzamos a ver aves rapaces como halcones, incluso víboras, creo que la fauna se va reconstituyendo y son buenos síntomas”.
Este proyecto además permitirá que los jóvenes permanezcan en sus comunidades y se arraiguen con dignidad al campo.
“Significa estabilidad para la producción de alimentos, el arraigo con dignidad de nuestras personas y no sólo exportar mano de obra barata a otros países, que tengan un arraigo digno y les dé seguridad y orgullo por ser productores y ganaderos”.
Por ello advirtió que un factor básico es contar con técnicos capacitados y ahí deberá existir un compromiso de las autoridades de la SDAyR y Sagarpa para contratarlos y que el proyecto sea exitoso.
“Se deben tener talleres muy especializados con productores”.
