Medio centenar de familias del predio conocido como Arboledas del Campo II viven en medio de un foco de infección, a pesar de que enfrente se encuentra el Hospital Regional de Alta Especialidad y el nuevo Hospital General Regional de León.

Las aguas negras corren por las calles sin pavimentar, y los lotes baldíos se han convertido en tiraderos de basura y escombro.

Un terreno de 2.7 hectáreas, por el que el Gobierno del Estado pagó 9 millones 180 mil pesos para el proyecto del Tren Interurbano, está convertido en basurero y lleno de escombro.

En Arboledas del Campo II hay cinco casas que fueron adquiridas para el mismo proyecto que están en ruinas y derruidas.

“Con las lluvias pasadas se desplomó una barda y la loza del techo sólo está detenida por otro pequeño muro. Tenemos miedo de que los niños se metan a jugar y puedan morir aplastados”, dice Luz María Hernández, quien vive en la calle Torreperogil.

Vecinos señalaron que los terrenos que el Gobierno adquirió al Club Deportivo Empress, se ha convertido en un acopio de desechos orgánicos de un hotel y restaurante que se localiza en la zona.

“Yo vivo aquí desde hace 31 años, Nos prometieron regularizar la colonia, pero sólo contamos con energía eléctrica. No tenemos drenajes, las aguas sucias corren por la calle que está sin pavimentar y no contamos con agua potable a pesar de que el Nuevo Hospital está a no más de 300 metros”, dice Francisco Morales.

Prácticamente están aislados

Los vecinos tienen salida hacía el bulevar aeropuerto por un camino vecinal que está en un terreno que es propiedad privada.

“Es un camino vecinal. A pesar de que es la única salida de la colonia hacía el Bulevar Aeropuerto en forma directa, las autoridades no han dado permiso del derecho de vía”, señala Héctor Martínez, propietario de una fábrica.

Sin embargo, los vecinos, entre ellos Héctor Gámez, agradecen, al Director de Obra Pública que les haya bacheado el camino que conduce a la colonia, y a la Dirección de Parques y Jardines que haya podado los árboles pues con las pasadas lluvias y vientos, algunas ramas cayeron sobre los cables de alta tensión y los dejaron sin energía.

“Es lamentable que una colonia que colinda con la zona de hospitales está marginada de servicios. Agradecemos a las autoridades que nos hayan bacheado y apoyado en la poda de ramas, pero también deben pensar en que la zona está intransitable cada que llueve, pues las calles están sin pavimentar, y convertidas en tiradero de escombros y aguas negras”, señala Fátima Cervantes, vecina.

 

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