Las vocaciones sacerdotales de los jóvenes no han disminuido, aseguro el Arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, quien en su visita por Guanajuato, destacó que ahora, la decisión de entrar a un seminario se da por parte de hombres maduros, que tienen bien seguras sus metas, y que antes la deserción de la Iglesia era mayor. Dijo “los tiempos han cambiado”.
“Gracias a Dios cada vez veo que hay mayor inquietud en los muchachos, como que en medio de un mundo de superficialidad y de mucho vacío, los jóvenes se inquietan y encuentran una insatisfacción, por ello buscan una vida más exigente y de entrega, claro que el problema es que los muchachos vienen muy frágiles por las experiencias que han vivido, familias incompletas, muchas veces con una formación académica deficiente y a veces con problemas de personalidad”, dijo.
El Arzobispo dijo que hay que ayudar a encontrar un equilibrio una vez que acuden al seminario, aunque dijo que no todos tienen el perfil para emprender un camino tan exigente como el sacerdocio.
Enfatizó que muchos de los aspirantes ya acuden con una primera carrera terminada, y eso da mucha más confianza de que realmente quieran dedicar su vida al sacerdocio.
“Por lo mismo de 100 muchachos que solicitan a veces hay que admitir a sesenta y de esos hay una deserción que es normal como en todas las profesiones, es como los médicos, de cien que quieren ser, solo dos o tres (lo logran).
“En el llamado a la vocación ha habido crisis en tiempos, pero ahorita veo que ha habido una recuperación, y este año en Morelia tuvimos unos 190 aspirantes que fueron a presentarse, de los cuales 15 ya tenían carrera terminada y más de veinte con preparatoria terminada y los demás más chicos, pero cuando entran un poco más grandes diríamos hay más esperanzas, porque hay más madurez y estabilidad”, dijo el Arzobispo Alberto Suárez Inda.
