Un gran motivo de orgullo resultó para la leonesa Ana Ramírez ser la única mexicana en la animación de la película Coco; de ello habló ante alumnos de la Ibero León.
“Tener éxito nos va a costar muchas caídas e intentos fallidos que a la larga nos ayudan a madurar”, dijo.
Estudió en el Miraflores y casi al terminar la prepa tomó clases de dibujo y ahí descubrió su gran pasión.
Alonso Ramírez, quien labora en Disney Tv, le proporcionó información sobre CalArts, fundada por Walt Disney.
Cuando conoció la escuela supo que era el lugar en el que quería estar, aplicó para entrar, pero no fue sino hasta el segundo intento que lo consiguió.
Mientras, viajó a Francia a estudiar introducción a las artes.
“Aprendí mucho en CalArts y me gustó el sistema porque no hay calificaciones; no hay estrés, todo es si tú quieres ser mejor artista y superarte”.
Vivió el Día del Portafolio, muy importante para los animadores en el que exponen sus trabajos ante personalidades de la industria.
“Es muy emocionante. El primer año que apliqué, nadie me habló, el segundo tuve dos entrevistas y una de fue en Disney Feature Animation; pero al final no me quedé”.
Así que para el tercer año preparó su material enfocado en las correcciones que Disney le había hecho sobre sus trabajos, pero Pixar fue quien la llamó y ahí realizó su pasantía.
Ana conoció al diseñador de producción de Coco. Él, sin saber que era mexicana, notó que le gustaba dibujar las culturas. Tres semanas después le ofreció las prácticas por tres meses para trabajar en el desarrollo de Coco.
“Estaba muy emocionada, no sólo por estar en Pixar, sino porque el tema de la película estaba inspirado en México”.
“Fue un poco irreal ver los pizarrones de referencia con fotos del equipo en Guanajuato, Morelia y tantos lugares tan familiares para mí”.
Después de su pasantía estuvo en Fox, Jib Jab y Dreamworkstv, pero no era lo que ella quería.
Consiguió una prueba para Google, como ‘freelance’ y en el proceso para contratarla de tiempo completo, el diseñador de producción de Coco la buscó.
“Me dijo queremos ver si te interesaría regresar a Coco, le dije ‘lo voy a pensar’, pero claro que acepté”.
Le dio pesar dejar Google, pero su corazón se había quedado en Pixar.
“Fui la artista más joven en el departamento de arte; sentía mucha responsabilidad de hacer las cosas bien, sobre todo al ser la única mexicana en el equipo. Me aseguré de que se representara de la mejor manera nuestra cultura”.
En la película trabajó en sets, edificios, señaléticas, murales y personajes como en prendas del papá y mamá de Miguel, Coco, Gloria, en el escenario del show de talento en la película, inspirados en varias ciudades de México.
Cuando terminó tomó unas vacaciones, pero le hablaron para trabajar en el prólogo y créditos finales de la película.
“Casi digo que no, pero me dijeron que iba a ser la única en el proyecto, trabajando con los animadores, y dije que sí”.
Ella diseñó el prólogo de papel picado del inicio de la película en la que se narra la historia.
También ilustró el libro de la película el que fue traducido en cinco idiomas, “Es la primera vez que Disney traduce un libro en más de un idioma. Éste salió en inglés, español, portugués, mandarín y japonés”.
