China inauguró hoy el puente marítimo más largo del mundo que vincula Hong Kong con el continente, una hazaña de ingeniería de gran importancia económica y política.

El presidente chino Xi Jinping asistió a la ceremonia en la ciudad de Zhuhai para cortar el listón del puente de 55 kilómetros que la une con las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao.

La estructura de 20 mil millones de dólares requirió casi una década para ser construida. Incluye un túnel bajo el mar que le permite a los barcos pasar a través del delta del río Perla, el corazón del crucial sector de manufactura chino.

Su inauguración reducirá el tiempo de viaje a través del delta de varias horas a sólo 30 minutos. Forma también un vínculo físico entre la China continental y el centro financiero asiático, cuyo control fue entregado por los británicos a los chinos en 1997.

Muy caro en dinero e impacto ambiental

Para los críticos del proyecto se trata de un derroche innecesario, una inversión que será complicada o imposible recuperar, con un impacto desastroso en el ecosistema marino y que los ciudadanos de a pie no quieren. En Hong Kong, los sectores a favor de la democracia ven con sospecha una obra que difumina, a sus ojos, aún más las fronteras entre la China continental y el territorio autónomo y sus libertades cada vez más bajo acoso.

Aunque el acto inaugural tuvo lugar hoy, los vehículos no empezarán a atravesar el puente hasta mañana. No se espera que, al menos de momento, genere grandes atascos: los automóviles que quieran utilizarlo necesitan un permiso previo. Y las empresas de autobuses que cubrirán la ruta solo recibieron la notificación de la apertura la semana pasada, cuando esperaban un aviso de al menos dos meses para poner en marcha el servicio.

La segunda mega obra

El puente representa la segunda gran obra de infraestructura que se inaugura este año y comunica Hong Kong con la China continental, después de que en septiembre se abriera un servicio de ferrocarril de alta velocidad que enlaza la excolonia británica con Cantón y que, con una gran polémica de por medio, permite que agentes chinos operen en territorio hongkonés para evitar que los trenes tengan que parar en la frontera.

 

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