Con risas y baile dio inicio la 41 edición del Festival Internacional Cervantino en León, la presentación del Ballet Folklórico de la BUAP relató de forma ligera, amena y divertida la historia del estado invitado Puebla.
El teatro Manuel Doblado recibió poco más de 300 asistentes para disfrutar de la muestra histórica, dancística y cómica sobre temas en particular del estado poblano.
El inicio lo marcaron 5 músicos que con instrumentos prehispánicos comenzaron a reproducir las melodías, en el escenario aparecieron mujeres con mantas bordadas y hombres con taparabos, algunos con grandes penachos y otros más con máscaras de algunos animales como el perro o el jaguar.
Danzas como la de los negritos, la de los arcos y tejedores y la de los quetzales dieron muestra de algunas actividades que se realizaron en la época prehispánica en la zona llamada Cuetlaxcoapan cuyo significado es lugar donde las víboras cambian de piel, hoy comúnmente conocida como Puebla.
Frente al público aparecieron Roberto del Castillo y Marco Polo Rodríguez, dos personajes que a través de una farsa narraron la fundación del estado invitado al FIC 2013, creación teatral de Marko Castillo y Víctor Puebla. Fue el 16 de abril de 1531 cuando el estado se fundó después del sueño que tuvo Julián Garcés, en el que dos ángeles trazaron las coordenadas donde querían que se fundara.
Al inicio, fundado y conocido como “Los Ángeles”, Puebla recibiría a lo largo de la historia varios nombres como Puebla de Zaragoza, Puebla de los Ángeles y a su gente se le ha dado una serie de palabras para identificarlos: mono, perico, chicharronero y poblano.
La gastronomía fue otro tema importante abordado durante la presentación, que mediante una representación cómica se narró creación errónea del mole, platillo típico de la región que surgió en el convento de Santa Rosa cuando se mezclaron varios tipos de chile con chocolate.
El turno de los jarabes poblanos y sones de la intervención francesa llegó y se ejecutaron con bailes como “Canto de la Chinaca”, “El guajito”, “La pasadita” y “Adiós, mamá Carlota”, el público apreció los atuendos tradicionales de las chinas de puebla y de los chinacos con los colores de la bandera y una gran cantidad de piedras en la ropa que brillaban.
La Puebla contemporánea muestra grandes cambios, la puesta escénica planteó temas de controversia tales como la contaminación o la pérdida de las costumbres y tradiciones.
Para ponerle fin a la presentación, el ballet presentó la última pieza “Qué chula es Puebla”, en la que los más de 35 integrantes del ballet se despidieron ante el público con los vestuarios que presentaron durante el espectáculo, siendo reconocidos con un largo y unísono aplauso.
