“Sólo Dios Sabe” es el título del libro escrito por Ana Lilia Tinajero Cabrera, quien ofrece herramientas necesarias para superar situaciones adversas de la mano de Dios.

   Empezó a escribirlo luego de que secuestraran a su esposo Rigohalberto Enríquez Márquez en el pueblo Huichihuayán del municipio de Huehuetlán en San Luis Potosí.

La presentación de su obra la realizó en el Museo de las Identidades Leonesas en conjunto con Enrique Parra, esposo de su hermana, su amiga Olga Villegas y sus hijos. 
“Quise escribir el libro y compartir mi experiencia para ayudar a las personas a superar situaciones difíciles, así como yo lo hice de la mano de Dios”, expresó.

A pesar de haber pagado el rescate solicitado por los atracadores, Ana Lilia y sus hijos siguen sin saber hasta la fecha del paradero de Rigohalberto. 

Días después del secuestro Ana Lilia empezó a sacar su frustración y coraje por medio de la escritura, fue cuando tomó la decisión de escribir el libro, el cual tardó siete años en terminar. 

En las primeras páginas cuestiona la educación que recibieron los delincuentes por parte de sus padres. 

“Si esos hombres hubieran sido bien educados respecto a valores morales, yo y mis hijos no estuviéramos viviendo esta situación”, comentó Ana Lilia.

Conforme pasó el tiempo su actitud negativa fue cambiando gracias al consuelo y respaldo que encontró en Dios, ella y sus hijos Rigohalberto y Rodrigo Enríquez Tinajero, de 20 y 14 años.

“Estoy muy agradecida con Dios porque mis hijos son muchachos sanos, no albergan rencor en su corazón y saben que las cosas tienen un porqué, fue muy doloroso en un principio, pero han sobrellevado la situación hacen su vida normal sin rencor, sin deseo de venganza, o amargura”.

El 10 de septiembre del 2011 Ana Lilia y sus hijos se mudaron de su pueblo en San Luis Potosí a León ya que después de haber pagado el rescate y no liberar a su esposo los secuestradores seguían molestando a la familia. 

“Ha sido maravillosa la gente de León, nos han abierto las puertas, nos recibieron muy bien y Dios nos abre también puertas”.

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