Humberto Rosiles Álvarez, director de la Junta de Agua Potable, Drenaje, Alcantarillado y Saneamiento del Municipio de Irapuato (JAMAPI) resaltó que unas de las principales preocupaciones que deben atender son evitar el desperdicio de agua y la extracción a grandes profundidades, pues el líquido puede contener minerales como el flúor y el arsénico.

“Cada día estamos haciendo perforaciones con mayor longitud, lo que conlleva un mayor riesgo (…) a mayor profundidad se va demeritando la calidad del agua, empieza a haber mayor concentración de minerales”, dijo.
Señaló que en cerca de 30 comunidades rurales, entre ellas Valencianita, Loma Bonita y Malvas, se ha detectado la presencia de minerales en el agua, y aunque no sobrepasan los estándares de la norma oficial, en esos poblados se establecieron plantas potabilizadoras. Asimismo, en la zona urbana, han detectado algunas fuentes con problemáticas de minerales y lo que se hace es tener interconexiones con fuentes limpias para privilegiar la extracción y contar con mejor agua.
“Le permiten al ciudadano llegar con su garrafón para que puedan tener agua potable para su consumo, para la preparación de alimentos, en dado momento no haga daño a su salud, son ahorita las medidas de mitigación”, refirió.
Apuestan a tecnificación
Aunque en Irapuato se estima que los mantos acuíferos serán suficientes para abastecer a la población por varias décadas, el organismo operador busca que se prolongue gracias a las tecnificaciones en riego que se han hecho.
Rosiles Álvarez dijo que con proyectos como la tecnificación de la presa La Purísima, se hará posible llevar volúmenes de agua hacia el municipio, para ser utilizada en 3 mil 800 hectáreas agrícolas. El Gobierno Municipal participa en este proyecto con el 17% de la aportación económica, que se traduce a poco más 88 millones de pesos, de los 520 millones que cuesta la tecnificación de la presa.
