Continúo platicando a través de las páginas editoriales de este estimado Diario sobre la importancia de las vidas de varias personas de Irapuato, las que de alguna forma ayudaron a conformarnos como ciudadanos, con historia, en sociedad y unidad dentro de nuestra pluralidad. Hablaré un poco sobre la vida y obras de Don Pablo Chávez y Asquerque; Don Manuel José Almanza y Don José Ortiz Rico, además de otros más quienes, como Gonzalo Vargas Vela, quien murió recientemente, se distinguió como una excelente persona y amigo, así como cronista deportivo, además de escritor; igualmente, Rubén Jaime Carrasco quien también falleció en días pasados y se distinguió notablemente porque, habiendo terminado una carrera profesional brillantemente, se retiró del mundo seglar para, luego de varios años de estudio y preparación, recibir la Ordenación como Sacerdote Redentorista y Misionero, viviendo muchos años en países de África como apóstol en su ministerio sacerdotal ayudando a aquel mundo de personas necesitadas de ayuda y amor, caridad en todos los sentidos. Un ejemplo maduro para los niños y jóvenes de nuestra ciudad. Pasado y presente en nuestra historia que se unen a través de los lazos que nos articulan a todos.
Ahora escribo algo sobre las personas que anoté líneas arriba como distinguidas por la historia nuestra.
1.- Don Manuel José Almanza: nació en Irapuato el año de 1780 y murió en 1852. Aquí inició sus estudios y los terminó en la ciudad de Morelia, donde fue Ordenado Sacerdote. Al salir de su casa un día, se encontró con una niña recién nacida que la dejaron abandonada en su puerta. La cuidó y quiso como suya. En la cajuela de su coche de mulas acondicionó una cuna en la cual llevaba a la pequeña a todas partes. Un día, con el movimiento del carruaje la niña cayó al empedrado y no se dio cuenta hasta que llegó a su casa. Angustiado salió a buscarla a través del camino recorrido y afortunadamente la encontró sana y salva en brazos de un transeúnte quien la halló y cuidó temporalmente; esto sucedió en el camino de salida a Salamanca. Por este hecho prometió hacerle a la Virgen de Guadalupe, que se encontraba su imagen en los dos óvalos realizados en cantera blanca del ‘Puente de Guadalupe’ y que cruzaba por encima del rio Silao, un templo en señal de gratitud llevando, para colocarla en el retablo frontal del presbiterio del mismo templo, una de las dos imágenes escultóricas, como homenaje a Nuestra Santa Madre de Guadalupe. Así fue como se construyó este famoso templo, ahora parroquia. Don Manuel José Almanza, Sacerdote, fue fundador y constructor de él y quedó con este hecho, como bienhechor insigne de Irapuato.
2.- Don José Ortiz Rico: nació en Irapuato el 25 de junio de 1868. Fueron sus padres don Antonio Ortiz y la señora Rosalía Rico de Ortiz. Sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria los realizó en Irapuato para continuarlos en Celaya y los terminó en el Colegio de San Nicolás, en Morelia, en el que estudió y se recibió como farmacéutico el 30 de septiembre de 1883. Inició su profesión al frente de la farmacia del Doctor Miguel Silva en la ciudad de Celaya. En ella, todas las noches iban Manuel Ochoa y Benjamín Arredondo a platicar sobre obras literarias y comentando las composiciones de Amado Nervo o Rubén Darío. Luego se trasladó a Puruándiro estableciendo ahí su farmacia de nombre ‘La Purísima’. Terminando el triunfo de la Revolución Maderista en Michoacán, el Doctor Miguel Silva asumió el gobierno del estado quien, sabedor de las cualidades literarias y periodísticas de Don José, lo invitó a colaborar en su gobierno como ‘Director del Periódico Oficial’ en el que introdujo innovaciones provechosas y lo convirtió en una publicación amena e interesante. En el año de 1912 fue elegido como Diputado al Congreso del estado, en cuyo desempeño murió en el mes de abril de 1914. Ortiz Rico fue unos de los poetas más notables de Guanajuato y dejó una honda huella con su creación literaria. Fue de los primeros poetas en afiliarse al modernismo, por lo cual fue combatido por los escritores que militaban en la escuela romántica. Esplendida su obra, en ella corre la inspiración natural y a borbotones. Igual, es artista sugestivo y delicado, trabajando al igual la prosa como el verso. Dejó una estela luminosa de publicaciones, como la revista “Crisálida” unido con los poetas Manuel Ochoa, Benjamín Arredondo y Pascual Ortiz Rubio; en 1898 fundó la revista “El Bohemio” órgano de la sociedad “Fray Manuel Navarrete”; En 1898 fundó la revista inolvidable “Crisantema” junto con Donato Arenas López, Benjamín Arredondo y Alfonso Aranda y Contreras, una de las mejores publicaciones literarias de Michoacán. Ortiz Rico no logró hacer una edición de sus versos, quedando su obra excelente dispersa en los periódicos y revistas de Michoacán y otros estados. Como ejemplo de su gran obra, una fracción de su poema, ‘Versos de Nieve’: Yo quisiera escribir versos de nieve, / de albura intensa de bruñida plata, / de transparencia de diamantes límpidos. Gélidos versos de espumosa escarcha. Que allí la luz, al penetrar radiosa, / tembladora y sutil, se dispara / en mil chispas de oro, como el hierro / que ardiente sale de encendida fragua…
3.- Don Pablo Chávez y Asquerque: Nació en ‘Cuto de la Esperanza’, Michoacán. Profesor de farmacia en Irapuato e irapuatense por adopción. Casó con la señorita María del Refugio Lanuza. Realizó sus estudios de primaria en Irapuato y luego ingresó al Colegio de San Nicolás de Hidalgo en Morelia. Tres hijos nacieron de ese matrimonio: Praxedis, María del Refugio y Gabino. Praxedis casó con Don Domingo García; María del Refugio profesó como religiosa en un convento; Gabino, tras brillantes estudios fue Ordenado Sacerdote. Al morir su esposa la señora Refugio, Don Pablo reanudó sus estudios en el Seminario Diocesano y lo ordenaron Sacerdote. Ya ordenado fue por largos años Vicario de la Iglesia Parroquial de Irapuato. Con su propio dinero construyó el templo de San Vicente en la esquina formada por las calles de Manuel Doblado y Zaragoza el que fue consagrado y abierto al culto el 19 de julio de 1846. Fue clausurado por amenazar derrumbarse, y el 19 de julio de 1908 fue reabierto de nuevo al culto, él que, luego de algunos años fue demolido totalmente y en su lugar se construyó el actual donde por mucho tiempo fue su capellán el Padre Ramón Mares. Persona muy caritativa, ayudó mucho a Irapuato cuando, en el año de 1850 se desató una terrible epidemia de cólera. Murió dueño de una regular fortuna la que su hijo Gabino, sacerdote también, repartió entre familias necesitadas. Fue sepultado en el presbiterio del templo franciscano de la Tercera Orden. Termino. Espero que esta información sobre tantas personas que han dejado huella en Irapuato nos siga interesando. En mi siguiente trabajo historiográfico platicaré sobre la vida del sacerdote Gabino Chávez, hijo de Don Pablo Chávez; sobre las fiestas de la feria de Irapuato y después, con el tema sobre Nuestra Señora de la Soledad cuya fiesta se realiza el día 30 de abril.
Bibliografía: Boletines del Archivo Histórico Municipal de Irapuato.
