Su oficio le salvó la vida.
El 19 de septiembre, Petra Puebla Tzintzun cuidaba a una mujer en Lomas de Chapultepec, cuando el edificio 1C del Multifamiliar Tlalpan colapsó. La enfermera de 65 años llevaba 40 viviendo en el departamento 35 del inmueble de la Delegación Coyoacán.
Es originaria de Michoacán y habita desde hace cinco meses en una casa de campaña. Pasó de cuidar a personas de la tercera edad a realizar guardias entre los restos del edificio dañado parcialmente.
‘Pier’, como le dicen de cariño los vecinos, vive a medias. Todos los días desde el 19S, calienta sus alimentos en una parrilla porque no le permiten tener una estufa con gas.
Ir al sanitario o bañarse es una odisea y tiene costo. ‘Pier’ acude al WC de una gasolinera cercana, donde le cobraban 5 pesos por utilizarlo; ahora es gratis con su credencial de “damnificado“. Además, paga 450 pesos en un gimnasio al mes para usar las regaderas.
Aunque tiene un hijo, no sabe nada de él. Para solventar sus gastos realiza guardias para vigilar los víveres que, al inicio llegaban a raudales, y ahora han escaseado.
“El DIF nos trajo despensas durante un tiempo, pero ya no. Sólo un mes y medio, nos daba unas despensitas y nos daba agua. El Gobierno trajo un camioncito de comida que era desayuno, comida y cena, pero, al paso del tiempo, ya no era tanta gente de nosotros de aquí de la unidad”, cuenta.
El sueldo por las guardias van por horarios. Si vigila los víveres de 8:00 a 20:00 horas son 100 pesos y si es de 20:00 a 8:00 horas son 200.
Los ahorros de toda su vida y una medallita de oro, regalo de la mujer que cuidaba, quedaron entre los restos del edificio colapsado.
Y a esto, se suma el olvido. Al comienzo de la emergencia, estaba rodeada de decenas de damnificados, ahora está sola en una carpa de cuatro metros cuadrados.
“Aquí estaba otra chica, acá otra señora, allá otra casita y un muchacho, pero ya se fueron, sí me sentí triste porque se fueron”, dice la mujer entre sollozos.
Pier sólo está en espera de que las autoridades resuelvan su situación. Por lo pronto, asegura, vivirá en unas cabañas para damnificados que se construirán en el Multifamiliar.
La espera es, además, en condiciones infrahumanas. Duermen a pie de calle, entre tarimas de madera, basura y escombros. Entre ratas y malos olores.
“Un día nos dio un aroma muy feo, tuvimos que quitar las tarimas, abajo de mi casa (carpa) había ratas, las acabamos, les echamos cal con cloro”, relata la mujer.
La enfermera pide una disculpa a las personas que se ven afectadas por los bloqueos, sobre todo en Tlalpan, pero asegura que es la única opción que tienen para ser escuchados.
