El 23 de febrero del 2017, Jehú Cervantes Farias, de 34 años, originario de la comunidad Venado de San Lorenzo, llegó en uno de los aviones que aterrizaron en el aeropuerto en la Ciudad de México, luego de 17 años de vivir en Estados Unidos.
Jehú fue uno de los mexicanos que fue deportado al inicio de la Administración de Donald Trump, dejando a su esposa y sus tres hijos, luego de que en una revisión “de rutina”  las autoridades americanas detectaron que no tenía papeles y fue deportado luego de permanecer dos meses en detención.
A casi un año de que regresara a su ciudad natal, ha podido iniciar un negocio, con el apoyo de las direcciones de Desarrollo Social y Humano o de Irapuato y el Instituto de Atención al Migrante Guanajuatense y sus Familias.
Jehú espera que en cuatro o cinco meses, con lo que genere de ganancias en su negocio, una carpintería instalada en Venado de San Lorenzo, pueda traer a su familia para estar con ellos de nuevo, aunque no quita el dedo del renglón para obtener sus papeles y entrar de nuevo a Estados Unidos.
“Ahorita lo que más quiero es regresar a ver a mi familia, poder estar de nuevo con mis hijos, que tiene mucho que no los veo, ha sido difícil, pero con este apoyo, voy a poder estar nuevamente con ellos”, comentó por vía telefónica.
am publicó su caso, en cuanto llegó a Irapuato luego de la deportación, con lo que se pudo contactar con las dependencias municipal y estatal, que destinaron un total de 295 mil 282 pesos para su proyecto, 135 mil pesos de aportación estatal y 65 mil pesos de recurso municipal.
Además, el proyecto apoyará a la familia de Jehú y de uno de sus vecinos de la comunidad rural, que ya se encuentra trabajando con él en la elaboración de muebles, que fue una de las habilidades que desarrolló Cervantes Farias en su estancia en Estados Unidos, con los trabajos que logró conseguir.

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