El fin de año se acerca y es tiempo de agasajar a colaboradores, clientes y amigos que nos acompañaron durante estos meses. Uno de los obsequios por excelencia son los vinos, en los cuales se debe apostar por etiquetas y cepas familiares para quedar bien con todos.

“Sugeriría que se elijan vinos de países que se les considera Nuevo Mundo; es decir, México, -que ahorita está con mucho empuje-; Chile, Argentina, Estados Unidos, entre otros”, señala Marcos Flores, sommelier y director de Grupo GEMARIC.

Además de aportar vinos amables, fáciles de beber, en opinión del experto las etiquetas del Nuevo Mundo tienen como ventaja que se pueden interpretar fácilmente, aún cuando no se cuente con una amplia cultura enófila.

“La información es más digerible, puesto que la etiqueta trae el nombre de la uva; si tú regalas algo francés o italiano o en algún otro idioma, a veces no es tan fácil que la gente (comprenda); no saben pronunciarlo y esto les puede generar cierta desconfianza.

“No quieren quedar como ignorantes y te lo aceptan, pero una vez que lo toman no es lo que ellos esperaban, porque son vinos más secos, más minerales; son para gente que toma más vino”, detalla.

Caballitos de batalla
Los vinos jóvenes, afrutados y fragantes, son los comodines que, además de hacer quedar bien a quien los regala, suelen ser del gusto de un sector más amplio de la población, tanto de quienes se inician en el vino como de aquellos que ya han andado en el sendero de Baco por años.

“En blancos, les diría que se vayan por variedades amables, muy fragantes, con mucho fruto tropical, más abocadas, como la gewürztraminer o la sauvignon blanc. También un albariño, porque (en México) hay muchos vinos de Rías Baixas”, aduce el experto.

Si se opta por variedades tintas, Flores destaca vinos que, aunque tienen un cuerpo definido, se caracterizan por poseer una menor concentración tánica, lo cual los hace ideales para casi cualquier paladar.

“En el tinto, yo me iría más por variedades como tempranillo, malbec, syrah y merlot, que son varietales que sí tienen tanicidad, pero no es tan astringente y son más fáciles de beber”, concluye.

 

 

 

 

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