Decenas de aves migratorias son el principal atractivo de la Laguna de Yuriria, al sur de Guanajuato, que desde hace un par de semanas comenzaron a llegar.
De noviembre a marzo los pelícanos originarios de Canadá hacen de la laguna su segunda casa, pero también llegan gaviotas, golondrinas y coromoranes, que ofrecen a los visitantes un espectáculo digno de admirarse.
Los pescadores de la comunidad La Angostura, ubicada al norte del municipio, cuidan y alimentan a los pelícanos con los desperdicios del pescado que extraen de la laguna.
Reconocen que con la llegada de las aves, también aumenta el número de visitantes a las poblaciones establecidas en las riveras de la laguna.
“Ya ni nos tienen miedo los pelícanos cuando nos acercamos en las lanchas, es muy bonito verlos cuando llegan porque la gente que viene a La Angostura a comer y regresan para tomarles fotos, cada fin de semana se llena de gente”, comentó el pescador José Rivera.
Las aves hacen una fila en el pequeño embarcadero de la comunidad y esperan el arribo de los pescadores que llegan en las primeras horas del día. Al ver que se acercan las lanchas, se amontonan a la espera que les lancen un pedazo de pescado.
Luego vuelan de un extremo a otro de la laguna, algunos hasta las pequeñas islas El Patol, San Pedro, Peñón de Vargas, Puranque, Tíndaro, Las Cabras y El Fuerte.
La migración de las aves hacía Guanajuato se presenta en la temporada invernal, debido a que el frío es muy extremo en Canadá y buscan refugio en climas más cálidos como el que ofrece la laguna de Yuriria.
Entre las especies que arriban a este lugar se cuentan las garzas blancas y morenas, golondrinas, patos silvestres y patos trigueros.
