A Emmanuel Carrèrre no le molesta hablar de sí mismo. En su literatura de no ficción, él es el amo absoluto: decide qué decir y qué ocultar, así lo dijo luego de recibir el Premio FIL de Literatura 2017.
Expresó que cuando le preguntan si no le molesta escribir sobre sí mismo, la respuesta es contundente: no. Y eso, precisamente, es porque él tiene la decisión de cómo construir la narración de sí mismo.
“Para esta pregunta tengo una respuesta sin rodeos: no, no me molesta; no, no me causa ningún problema. ¿Y por qué? Por una razón muy simple: porque soy yo quien decide qué revelar y qué callar. Soy yo quien decide en qué punto colocar la línea divisoria entre el autoelogio y la autodenigración, que son desde siempre los dos polos entre los que oscila la autobiografía. Soy yo, sin más, quien tiene el poder”, describió el autor francés durante la ceremonia de inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“Un escritor que habla de sí mismo detiene la experiencia cuando quiere y aunque sea muy sincero, muy audaz, muy exhibicionista, en el fondo no se arriesga demasiado. Pero cuando involucra a personas reales, se arriesga a lastimarlas, y mucho, y no siempre les deja la posibilidad de parar el suplicio”.
“Sé de qué hablo: he escrito al menos un libro del que me reprocho haber ido demasiado lejos, del que me reprocho por haber lastimado en él a dos personas que eran muy cercanas. Pero bueno, no provocó un verdadero drama y ya ha prescrito al día de hoy”, reflexionó.
Durante su discurso de aceptación, Carrèrre habló del proceso de construcción de El Adversario, su celebrado libro de no ficción llevado al cine en tres ocasiones. En esta novela, inspirada en la vida real, se relata la vida de Jean-Claude Roman, quien asesinó a sus padres, su esposa y sus hijos luego de verse descubierto tras mentir 18 años y aparentar que era un destacado médico de la Organización Mundial de la Salud.
Aunque había tomado de ejemplo A Sangre Fría, de Truman Capote, al final decidió resolver su trabajo literario de una forma distinta.
“Escribí el libro en primera persona. Pensé sin exagerar que esa elección me había salvado la vida”, zanjó.
El francés, quien además es guionista, periodista, crítico y cineasta, se llevó el galardón, por “contar con una obra versátil, amplia y transversal que ha obtenido un vasto y entusiasta reconocimiento internacional”, expresó Gustavo Guerrero, representante del jurado.
“Atraviesa estos distintos territorios creativos con una aparente naturalidad que le ha llevado a erigirse en uno de los autores más leídos e influyentes entre las nuevas generaciones. Moviéndose continuamente entre la ficción y la no ficción, presta atención a la manera en que la historia reciente configura la subjetividad contemporánea y el destino humano”, argumentó el jurado sobre el reconocimiento a Carrère.
