El centro de Control Telargo del Sistema Integrado de Transporte (SIT) monitorea cada segundo las entradas, salidas, servicios y posibles retrasos de las orugas.
“Nosotros no trabajamos por minuto, trabajamos por segundo para brindar mejor servicio”, dijo Ángeles Zambrano, jefa de operación del centro.
Las 99 orugas y los servicios de transporte son coordinados mediante un programa creado en Eslovenia.
A este programa le fueron aplicados los planes estratégicos luego de que se analizaran las necesidades de operatividad; es decir, cuántos servicios se requieren para transportar a los leoneses.
Fabio Sandoval, director de Tecnologías del centro de control ubicado en la colonia Vibar, explicó que al menos tres empleados observan en cuatro computadoras, en tiempo real, el trayecto de cada camión.
“Se trabaja desde estudiar cuáles son las necesidades de movilidad del usuario, contamos con una gerencia de planeación que continuamente está levantando en campo cuáles son estos requerimientos; si las unidades comienzan a llenarse mucho, ver dónde se requiere más servicio y optimizarlo.
“Se generan los planes de operación que determinan cuántos deben de salir, incluso la flota con la que deben satisfacerse el servicio y en ellos tenemos horarios; esa información se pasa a un sistema que tenemos acá de la operación y el personal de centro vigila que todos los servicios que están programados se den”, explicó Fabio Sandoval.
El equipo de monitoreo consta de tres operadores que llegan poco después de las 5 de la mañana para comenzar con el control cuando arranca el servicio de transporte, a las 5:40.
Las pantallas muestran las calles por las que pasan los camiones y los paraderos en que se detienen.
También se lleva a cabo un control a través de llamadas telefónicas con los controladores y con el personal encargado en las estaciones San Jerónimo, San Juan Bosco, Delta, Santa Rita y Deportiva (considerada minibase de transferencia).
Ellos dan aviso de la llegada de cada camión, y el número de control también aparece en las pantallas del centro de monitoreo.
“Se apoyan mucho con el personal que está en las estaciones y así sabemos cuáles son las siguientes salidas y qué autobús está listo para ésas… ellos están viendo si va a alcanzar a salir y sobre todo para que no se pierdan los servicios”, mostró Fabio Sandoval.
Los planes
La estrategia para la atención a los usuarios se lleva a cabo a través de planes, como el vacacional, el día a día o el de los fines de semana.
La afluencia de usuarios depende del horario. El centro de control trabaja con dos tipos: valle y pico; en el primero, con menos solicitantes del servicio, tienen la posibilidad de espaciar los recorridos, mientras que en el segundo las líneas deben pasar con tres a cuatro minutos de intervalo.
“No se necesitan los mismos servicios para los usuarios, el sábado es un plan, para el domingo es otro ya que no van los mismos usuarios, y de lunes a viernes están más cerrados los intervalos de tiempo”, explicó Ángeles Zambrano, jefa de operaciones del centro de control.
AM publicó el 18 de agosto las quejas de usuarios respecto al tiempo de espera por la línea 2 de las orugas, pues el tiempo marcado en la página oficial del SIT muestra que es de alrededor de siete minutos, y según usuarios sobrepasa los 20.
El retraso de más de 10 minutos, según el monitoreo del centro, no se puede dar, ya que ahí se agiliza y se alerta a los conductores sobre alguna contingencia, y se ocupan camiones alternos para desahogar el servicio.
“Donde veamos que se necesita, llamamos a servicios exprés, esta unidad se maneja para que salga a tiempo y desahogue a esa gente, donde se pueda acumular en el paradero”, dijo.
Pero los usuarios pocas veces han visto que se haga uso de estos camiones.
“Aquí (paradero Centro Max) a todas horas vas a ver gente, (con destino) para un lado o para otro, y no poca, es mucha gente que esperamos o que no logramos subirnos, y yo en la mañana, en la tarde cuando voy a comer y en la noche que me voy del trabajo no he visto que manden a una unidad”, comentó Irene Juárez, usuaria del servicio de transporte.
Los atrasos de los que los pasajeros se quejan, dijo Ángeles Zambrano, representan inconvenientes principalmente para el conductor porque afectan su bolsillo y su trabajo.
“Se cuidan mucho los tiempos, aquí no trabajamos con minutos, trabajamos con segundos para darles la mejor atención a los usuarios”, afirmó.
Causas externas al transporte como choques, manifestaciones o peregrinaciones son los motivos por los que las orugas pueden llegar a atrasarse.
Llega rápido… pero espera mucho
La mitad del día Miguel Tapia Cervantes se la pasa en las orugas, pues su trabajo le exige moverse por varios puntos de la ciudad, pero ahorraría tiempo, dijo, si los camiones pasaran más seguido.
Miguel es cobrador y su ruta va del Centro hasta Jardines del Moral; debe tomar la línea 1, que es la más saturada.
Luego toma la línea 4 para ir a San Juan Bosco y regresa a abordar la 3 para llegar a la central de Santa Rita y dirigirse al Centro, donde espera hasta 20 minutos por la línea 2.
“En un traslado hago 10 ó 15 minutos, es muy rápida y así me ahorro gastar en taxi y trasbordo”, contó Miguel, que llegó al paradero de Aquiles Serdán a las 12 de la tarde y 20 minutos después seguía esperando el camión.
“Me llevan rápido, el problema es esperar, a veces por la línea espero más de 20 minutos y ya me quita eso tiempo para trabajar por estar en cada estación. Las que más se tardan son cuando estás por el Centro o vas para arriba (San Juan Bosco)”, agregó el trabajador.
Aunque no era hora pico, Manuel pudo subir al camión después del tiempo que el plan vacacional marca.
Aguarda hasta la quinta oruga
El tiempo de recorrido es lo de menos para Pamela Rodríguez, el conflicto surge cuando en horas pico tiene que esperar hasta la quinta oruga para conseguir entrar y llegar a su destino.
El centro de monitoreo informó que las orugas tienen capacidad para 180 ó 190 pasajeros, pero el problema es la falta de cultura del usuario por recorrerse y dejar espacios libres.
Pamela coincidió en que los problemas para los usuarios se dan en las horas pico, pero aumentan si los camiones no pasan en el tiempo adecuado.
“No son nada más 20 minutos (de espera), a veces son más, y por varias situaciones: una porque se tardan y la otra porque pasan llenas, me subo hasta la que pasa más desocupada, cuando salgo a comer”, dijo Pamela, quien esperaba a su esposo para abordar la línea 1.
“Quizá falten más orugas… a veces me quedo de ver con mi esposo en la Deportiva y duras mucho porque entran y salen llenas y no puedes subirte”, contó.
Vive en la colonia Delta y calcula que podría llegar en 40 minutos, pero con los retrasos en subir tarda una hora y 20 minutos.
Todos se tardan
Usuarios del transporte público consideraron que las rutas alimentadoras y auxiliares siempre van llenas y además tardan.
Elizabeth Sánchez es estudiante de preparatoria en el turno matutino y su primera clase comienza a las 8. Para llegar a tiempo debe tomar la ruta alimentadora 35 hasta con más de una hora de anticipación.
“Antes con 40 minutos (llegaba), pero ahora no pasan y si pasan van super llenas, no cabes y con la mochila menos; la otra es irme a tomar la 71 pero también se tarda, entonces hasta he venido a tomarla una hora antes o hasta más”, contó.
Las filas en las estaciones llegan a superar las 60 personas esperando una ruta.
“Tomo la 48, esa sí la tengo que esperar como 25 minutos, o si ya no alcancé a subirme pues más”, comentó Claudia López Méndez, ama de casa.
De acuerdo a la página de internet de la Dirección de Movilidad las rutas 48, 71 y 58 tienen una frecuencia de siete a ocho minutos, pero los usuarios aseguran que este tiempo se duplica.
AM cronometró algunos de los servicios, y éstos se retrasan por más de 10 minutos.
