La amenaza de Trump de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) parece ser un tema difícil para obtener concesiones de Canadá y México, pero Craig Uden, ganadero de Nebraska y que dirige la Asociación Nacional de la Carne de Ganado, decidió congelar su propia manada de vacas a mil 500 cabezas, indicó el diario The Wall Street Journal.

Una ruptura del TLC y los aranceles que podrían seguir, dijo Uden, podrían reducir la demanda mexicana de carne estadounidense, valorada en alrededor de 700 millones de dólares al año.

El diario destacó que la precaución de Uden subraya una nueva realidad: nadie con intereses comerciales que abarque las fronteras norteamericanas puede permitirse ignorar la posibilidad de un final del acuerdo de 23 años de antigüedad.

En las últimas semanas, a medida que los esfuerzos de la administración Trump por renegociar el TLC se han vuelto polémicos, las preocupaciones de un retiro han nublado las perspectivas para una variedad de negocios, incluyendo granjas del medio oeste, automotrices de Detroit, importadores de vegetales y más, destacó el diario.

Cada vez más se advierte a estas empresas sobre los riesgos potenciales en todos los lados de las fronteras.

En conferencia telefónica con inversionistas la semana pasada, Alberto Chretin, presidente ejecutivo de inversiones inmobiliarias de Terrafina, dijo que está discutiendo planes de contingencia con los arrendatarios de sus naves industriales en caso de que enfrenten nuevas tarifas luego de un posible colapso del TLC.

La empresa Grupo Cementos de Chihuahua señaló a inversionistas en octubre que los proyectos d construcción están siendo demorados “por la incertidumbre alrededor del TLC”, de acuerdo con su director general Enrique Escalante.

En una encuesta publicada por la Trade Leadership Coalition, una organización sin fines de lucro que promueve el comercio internacional, alrededor del 60 por ciento de los inversionistas de Wall Street dijeron que las posibilidades son, al menos, de que Estados Unidos se retire del TLC o que las negociaciones colapsen, mientras que un 76 por ciento dijo que el mercado bursátil no está totalmente valorando la posibilidad. Las industrias agrícolas y de vehículos estadounidense serían las más afectadas, indicaron.

Aunque algunas empresas dicen que es demasiado pronto para cambiar sus planes. El operador ferroviario Kansas City Southern, que depende en gran medida de las exportaciones de maíz de EU, sigue con sus esfuerzos para diversificarse con la construcción de una nueva terminal de productos derivados del petróleo en México, destacó la publicación.

El presidente ejecutivo de Kansas City Southern, Patrick J. Ottensmeyer, dijo que sus clientes aún no están listos para alterar sus planes, pero advirtió a los inversionistas que algunos clientes de carga probablemente estén reconsiderando sus inversiones relacionadas con el TLC.

Algunas empresas, después de 23 años de invertir en cadenas de suministro basadas en las tarifas bajas del acuerdo, tendrían dificultades para reestructurar sus operaciones si Estados Unidos se retira.

Los fabricantes de automóviles, los productores de partes que los suministran y los concesionarios que venden sus vehículos soportarían el costo de 10 mil millones de dólares en aranceles si el TLC colapsara, o la administración Trump tiene éxito en insertar nuevas disposiciones para penalizar vehículos con contenido extranjero, según estimaciones de la industria automotriz. .

GM y Toyota Motor Corp. tienen una producción significativa de camionetas en México que podría enfrentar un arancel de 25 por ciento en los envíos a EU si el TLC se desintegra, lo que supone una gran carga financiera en sus operaciones que a su vez generaría mayores precios para los consumidores. Ninguna de las compañías ha discutido públicamente ningún plan para alterar esa producción.

“Planeamos de acuerdo a la situación actual”, dijo Luis Lozano, abogado general y jefe de asuntos externos de Toyota en México.

En la agricultura, México busca comprar trigo de Argentina y limitar la dependencia del grano de Estados Unidos. Chip Councell, presidente del Consejo de Granos de EU, dijo que su familia cubrió toda su cosecha de maíz del 2017 por primera vez para proteger contra el riesgo de que los compradores mexicanos cambien sus compras a América Latina.

Mientras tanto, los importadores de productos estadounidenses que acuerdan vender aguacates y tomates a empresas estadounidenses de servicios alimenticios con hasta un año de anticipación están escribiendo nuevas cláusulas de contingencia en los contratos que les permiten evitar la entrega si el TLC es alterado o cancelado, según Lance Jungmeyer, presidente de la Fresh Produce Association of the Americas.

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