El crujir de los edificios, desastre a su alrededor y observar como se desvanecían edificaciones completas, fue el panorama que envolvió a la irapuatense María Vanessa González la tarde del 19 de septiembre durante el sismo.
A la 1:14 de la tarde, Vanessa se encontraba en un salón de belleza en la esquina de la calle Chihuahua de la Colonia Roma, cuando sintió el fuerte movimiento, salió a la calle y observó como se derrumbaba un edificio.
“Me asusté muchísimo, el temblor se sintió horrible, escuchaba como se caía todo, crujía la tierra, cuando vi eso había una nube de humo. Yo me quería ir, me puse en shock”, relató la joven.
Cuando se repuso del susto, decidió retirarse a su casa en su automóvil y al circular por la calle pudo notar el grave daño, edificios que una hora antes se veían firmes ya no estaban, había gente en las calles con cara de asombro y una sensación de terror inundaba el ambiente.
Al llegar a su casa, se dio cuenta que 5 cuadras antes se había derrumbado otro edificio y ahí fue cuando a pesar del miedo, se notó la solidaridad del pueblo mexicano que sin dudarlo comenzó las labores improvisadas de rescate.
Al ponerse a salvo, Vanessa pudo hacer contacto con su hermana que vive en Irapuato para informarle que estaba bien, y posteriormente habló con sus papás que se encuentran fuera del país.
Aunque no pudo dormir, Vanessa pasó el martes ayudando a la gente afectada con apoyo en víveres y en lo que se requiriera, para levantar nuevamente a México de los Escombros.
