Miedo, desesperación, impotencia y agradecimiento por salir con vida es un resumen lo que sintió la irapuatense Maura Verónica Salinas durante el sismo que azotó la Ciudad de México.
Maura se encontraba en la Delegación Gustavo Madero en casa de su mamá, pues asistió al mega simulacro que se llevó a cabo a las 11 de la mañana, y un par de horas después sintió el fuerte movimiento de la tierra.
Fue inundada por un miedo inmenso porque sus hijos se encontraban en la escuela.
La joven madre de familia salió a la calle para ver como los coches se movía adelante y atrás, pero en ese momento lo único que pasó por su cabeza fue ir corriendo por sus hijos en pleno sismo.
“Mi mamá y mi hermana dicen que me puse amarilla, sentían que me iba a desmayar por la preocupación de mis hijos. Pasado el temblor a los 2 segundos salí corriendo con mi hermana a la escuela de mis hijos que por fortuna está a dos cuadras de la casa de mi mamá al igual que la escuela de mi hermana”, recordó.
Maura recordó como al llegar al kinder, encontró a los niños a salvo y a las maestras cantando para tranquilizar a los pequeños. Aunque en ese momento se sintió tranquila, no estaba aliviada porque aún faltaba ubicar a una de sus hermanas y a su esposo, quienes no sufrieron daños.
“Llegada la noche no conciliamos el sueño, dieron las 4 de la mañana y no pudimos dormir del temor que pudiera pasar algo ya que no teníamos agua ni luz por un largo rato”, indicó la irapuatense.

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