El León aprovechó el momento y el escenario. Gustavo Díaz ajustó en lo básico, le dio orden colectivo para defender y tuvo el acierto de contar de arranque con Iván Rodríguez, ayudando en la recuperación a Alexander Mejía, y liberar un poco más a los volantes ofensivos.

Calidad individual, la hay; el León marcó diferencias con jugadores como Elías Hernández, Mauro Boselli, sobre todo en ofensiva en algún mano a mano. 

Es cierto, el rival, Gallos, no fue el test más complicado. Físicamente el equipo aún no está para la idea de juego del “Chavo” Díaz que dosificó desde él planteamiento. Aprovechar el debut fuera de casa, con otro tipo de presión y conseguir el triunfo dejan bien encaminado el arranque del nuevo entrenador al frente de La Fiera. 

El error de Willliam Yarbrough, quien regresó a la titularidad, fue minimizado en el resultado pues el equipo ganó.  El abrazo del cancerbero, al finalizar el partido, con Boselli, que llegó a 99 goles, es muy ejemplificativo: le salvó la tarde. 

Ojo, no se puede dejar pasar por alto que es, una vez más, un error individual, donde no puede haberlos, lo que le pudo costar el duelo al León. William sabe que está respaldado por el técnico pero también que si sale de la alienación titular para el próximo partido no hay injusticia. 

Más allá del daño o perjuicio en el marcador, la sensación que deja es negativa. Calidad ha demostrado tener pero situaciones como las del gol de Querétaro este sábado lo ponen en una crítica desfavorable.

La sensación es que el orden regresó al equipo, y que ahora tendrán por delante mucho que trabajar. Pero siempre será mejor hacerlo con tres puntos en la bolsa, y compitiendo entre los ocho mejores del torneo. 

Mención aparte el gol 99 de Mauro Boselli. Que equipo no quisiera esa cantidad de goles. Es un atacante de época.

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