Si se habla de montañas con una altura superior a los ocho mil metros, el Everest es la primera que aparece en la mente de cualquier persona. Pero el desconocimiento que existe sobre el Broad Peak, por ejemplo, no le resta ni peligro ni dificultad.
Este pico, de 8,051 metros y el décimosegundo más alto del mundo, es el nuevo reto de los alpinistas Laura González del Castillo y Yuri Contreras, quienes hoy iniciarán una nueva aventura en el Himalaya.
“Los días antes de irnos son los más intensos, tenemos que dejar listo todo lo del trabajo, la casa, todo lo que tenemos aquí en León y preparar lo que viene para estar dos meses en el Himalaya. Son días con mucha presión pero también muy emocionantes”, señaló Laura, que de alcanzar la cima del también conocido como K3, lograría su sexto “ochomil”.
No por ser menos conocido que el Everest, escalar el Broad Peak es cosa fácil, así lo comentó Yuri Contreras, quien luego de casi 20 años regresará a la montaña donde estuvo cerca de morir.
“El peligro que encierra el Broad Peak es la percepción que tiene la gente, muchas veces pensamos que el Everest es la montaña más peligrosa sólo por ser la más alta. En realidad, quizá el Everest es una de las montañas con menos peligros en cuanto a avalanchas, es más fácil morirte en el Broad Peak que en el Everest”, aseguró.
Laura, por su parte, agregó: “Yo tuve una experiencia en el Shisha Pangma, es la más baja de los 14 ‘ochomiles’ (8,013 metros), iba muy segura porque había subido dos veces el Everest y ahí me dio mal de altura el día que íbamos a la cumbre.
“Eso me hizo poner los pies otra vez en la tierra y ver que a lo que nos enfrentamos realmente es contra esa altura que tanto daño hace al cuerpo, después de los 8 mil metros todo se dificulta”.
En palabras de Contreras, médico de profesión, muy pocas personas entre 2015 y 2016 han alcanzado la cima del Broad Peak, montaña que si bien no tiene la altura del Everest, compite en peligrosidad con el K2 al ubicarse entre los cinco picos (de más de ocho mil metros) más complicados.
