Algunos países de abolengo patriótico, recuerdo, han pensado cambiar sus himnos nacionales. Las razones que esgrimen es que el desarrollo de los tiempos va dejado atrás las glorias de las  manifestaciones defendibles y heroicas de antaño.  Un  comentario Suizo apuntó que su himno  histórico tiene demasiadas referencias a Dios en su letra; El himno Estatal de la Federación Rusa, en una tercera y última versión, eliminó las menciones al nombre e ideas de Lenin, al comunismo y a la “irrompible unión” del Estado Soviético; la letra del himno nacional de Guatemala  fue alterada para olvidarse de los abusos de España durante la colonia. Y si vamos al nuestro, ya en ocasiones se ha escuchado que habría que quitársele ese sentido bélico que se canta en el coro. 

Quizás valga la pena recordar dos o tres detalles de estrofas salteadas de nuestro himno. De la primera se conoce: “Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa ¡oh Patria querida! Que el cielo un soldado en cada hijo te dio”. En la tercera  se dice: “Ya no más, de tus hijos la sangre, se derrame en contienda de hermanos; sólo encuentre el acero en sus manos quien tu nombre sagrado insultó”. La quinta estrofa anota “Guerra, guerra sin tregua al que intente de la Patria manchar los blasones…”. Y justo es traer a la memoria que la letra del himno la hizo el poeta potosino Francisco González Bocanegra y que data de 1853. Lo ideado por Bocanegra, con razón, respondo a un nacionalismo incipiente  y emotivo, a batallas ganadas y defensas heroicas que se hicieron en el periodo crítico de la reafirmación nacional. Ahora, desde luego, las cosas han cambiado, somos más,  constituimos una sociedad diversa y opinante que mira de soslayo la profanación concertadas del suelo patrio, los mexicanos se matan unos a otros y los insultos con o sin humor abundan.

Pero el caso es que lo escrito, ni por asomo, debe tomarse como el pensamiento para sugerir  un cambio a  la letra del himno nacional nuestro. Vamos, el detalle no debe llegar hasta ese  nivel donde autoridades, redes sociales y demás, deban rasgarse las vestiduras; no obstante, es natural pensar que estamos corriendo en dirección opuesta a lo que escribió Francisco González Bocanegra,  ya que algunas de las conductas han dejado de estar  representadas  en el muy digno símbolo patrio. Mejor, pues, sería volver a abrigarnos en la sombra de las estrofas.

Comentarios a: femacswiney @hotmail.com  

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