Mujeres se dicen víctimas de extorsión de elementos de la Policía del Centro Histórico porque les piden una cuota de 150 pesos diarios o su servicio por usar la explanada Miguel Hidalgo como zona de tolerancia.
El problema se registra en el sector Centro, precisamente en la Plana Miguel Hidalgo, donde entre los visitantes existe el negocio de la prostitución desde la mañana y hasta caer la noche.
Las mujeres afirmaron que para alimentar a su familia ejercen la prostitución y que si no pagan la cuota son llevadas a barandilla, donde presentaron quejas de malos tratos a Derechos Humanos pero no las han apoyado.
“Son corruptos, nos piden dinero, a toda costa quieren dinero y nos ven que estamos trabajando y lo hacemos porque tenemos necesidad, tenemos hijos qué mantener y se aprovechan de eso para exigirnos dinero y si no les damos dinero, nos piden que les demos nuestro servicio”, dijo Paulina N.
Paulina N. continuó diciendo que “Si no pagamos 150 pesos, nos llevan a los separos donde también se nos cobra eso de multa, también llegan y nos corren y debemos pagar, estamos afectadas como entre 20 ó 30 personas, sabemos que estamos mal por trabajar aquí en el Centro Histórico pero tenemos que trabajar”.
“En los separos presentamos una queja y hemos platicado con Derechos Humanos y no nos hacen caso”, dijo la mujer.
Para pedir auxilio, las mujeres asistieron a la Presidencia Municipal, a donde se les envía para gestionar sus tarjetas de salud.
“Aquí en la Presidencia hablamos con personas que vemos aquí, nos piden que saquemos el carnet para trabajar y de todos modos nos llevan a los separos”, indicó Paulina N.
Por su parte, otra de las mujeres que se identificó con el nombre de Karina N., indicó que “Hay cámaras en las que debe estar grabado cómo se acercan los policías a hablar con las compañeras o también personal de Salud y nos llevan”.
“Ayer nos llevaron, no estábamos trabajando, sólo caminando en el Centro, las policías nos golpearon y nos esposaron como si fuéramos delincuentes, es vergüenza para uno cómo nos tratan, cómo lo suben a uno arriba a las patrullas y la gente se nos queda viendo”, dijo Karina.
“Estamos en la plazuela cerca de la Catedral y de unas farmacias, nos persiguen como si fuéramos delincuentes, nunca nos habían dicho nada, nos dicen que tenemos derechos, según los mismos policías pero no nos respetan”, expuso la mujer.
Finalmente, otra de las mujeres señaló que “A mí me persiguió un policía con todo y perro para detenerme”.

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