En casa o de visitante, para apoyar a la Fiera se requiere tener el estómago lleno.

Tacos, una torta o sólo frituras son suficientes para un verdadero aguerrido del club Esmeralda que puede aguantar todo el partido.

“Si no llenamos el tanque, nos quedamos a mitad del partido, aparte ya hace hambre y tenemos que apoyar”, aseguró Cristian Lara, aficionado del León que radica en Jalisco.

Alrededor del estadio Jalisco no falta qué comer. Es tanto el olor a comida que sólo el respirar ya satisface.

El gentío se divide en dos: los de color verde o aquellos que llevan el negro y rojo simulando un arlequín, un orgullo local.

La porra esmeralda sufrió un retraso en carretera, pero ya comenzado el partido, los poco más de 300 barristas llegaron muy animados.

“A la entrada (de Guadalajara) nos recibieron con la típica mordida, ya sabemos, pero aquí estamos para apoyar”, aseguró uno de los barristas.

Mucha afición atlista llegó para defender sus colores, pero no se esperaban que al menos por cada 20 aficionados locales, había un seguidor verde.

“Yo vine por Rafa (Márquez), espero verle en juego y después gritarle Gracias por lo que dio en León”, dijo Sandra, quien viajó en coche con sus amigos.

Y es que el reencuentro de la Fiera con el Kaiser fue uno de los motivos para viajar al estadio Jalisco, donde los esmeraldas apoyaron desde el primer minuto, tratando de empujar a su equipo a la calificación.

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