O la Iglesia ha elegido un gran Papa o Hollywood se ha perdido un grandísimo actor. De esos que, aunque el guión sea pésimo y la trama inverosímil, terminan poniéndole al personal un nudo en la garganta.
Ayer, el Papa Francisco se reunió con muchos de los 6 mil periodistas acreditados para el Cónclave y, además de ofrecerles unos cuantos titulares, los hizo reír, desveló una significativa anécdota de su elección, señaló los tres principales ingredientes de una buena crónica -“verdad, bondad y belleza”- y finalmente hizo algo que sorprende en un Papa: fundir en un mismo abrazo a quienes creen en Dios y a quienes no.
“Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica y otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios”.
El encuentro no era fácil. Tres días después de su elección, el papa Francisco citó en el Vaticano a todos los periodistas que habían cubierto “la sorprendente renuncia” -según sus propias palabras- de Benedicto XVI y su posterior elección como nuevo Pontífice -“cuánto habéis trabajado, eh”-.
Había reporteros de todo el mundo, muchos de ellos curtidos en guerras y conflictos, gente predispuesta a no dejarse convencer fácilmente. Y, siendo consciente de ello, Jorge Mario Bergoglio ni siquiera lo intentó.
El encuentro se limitó a un discurso breve, improvisado a veces, salpicado de buen humor, cuyo principal mensaje fue envuelto en el papel de regalo de una confidencia.
Delante de cientos de contadores de historias, el Papa argentino se reveló como un buen narrador.
El nuevo Papa buscó la complicidad de los periodistas al remarcar que la verdad, la bondad y la belleza -esos tres elementos de una buena historia- son también el objetivo de la Iglesia, una institución que, según subrayó, “no tiene una naturaleza política, sino esencialmente espiritual”.
No hay que olvidar que el encuentro se produjo bajo el fuego graneado de las sospechas sobre su actuación durante la dictadura militar argentina. Su invitación a buscar la verdad constituyó su única defensa.
Al final del encuentro, la impresión general fue que este Papa va a dar muchas primeras páginas. Las cosas que dice, su manera de decirlas y la urgencia propia de un hombre de 76 años se han puesto al servicio de una misión gigantesca y al mismo tiempo muy antigua. Aquella que retrató El Greco: la expulsión de los mercaderes del templo. “Mi casa será llamada casa de oración (Isaías, 56,7)”, “pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones (Jeremías, 7, 11)”. El nazareno utilizó un látigo, el argentino prefiere por el momento la seducción.

Almuerza el sábado con Benedicto XVI

Poco después de la audiencia de Su Santidad Francisco, con los representantes de la prensa de todo el mundo, el Vaticano anunció que el esperado encuentro con el papa emérito Benedicto XVI y el nuevo Papa tendrá lugar el próximo sábado 23 de marzo en Castelgandolfo.
En todas y cada de sus intervenciones hasta la fecha, Francisco ha tenido palabras de elogio y recuerdo hacia el papa emérito Benedicto XVI. La primera fue desde el balcón del Vaticano, apenas anunciado su nombramiento al mundo.
La perseguida imagen, por ser inédita, entre los dos papas vivos se producirá dentro de una semana, cuando compartan un almuerzo en la residencia papal de Castelgandolfo, en la que se encuentra Benedicto XVI desde el final de su pontificado el pasado 28 de febrero.

Cuenta elección de nombre

“Les voy a contar una historia”, dijo el Papa.
Francisco alzó la vista y abandonó por un momento el discurso escrito que estaba leyendo a miles de periodistas acreditados en la sala Pablo VI del Vaticano para revelar cómo decidió romper con una larga tradición de nombres papales.
Cuando el conteo de votos a favor del argentino Jorge Mario Bergoglio alcanzó el miércoles la mayoría suficiente de 77 papeletas, los cardenales comenzaron a aplaudir y se prepararon para abandonar el cónclave y enviar la fumata blanca al cielo de Roma.
En ese momento, el cardenal brasileño Claudio Hummes, buen amigo de Bergoglio, se acercó a reconfortarlo.
“Me abrazó. Me besó. Me dijo ‘no te olvides de los pobres’’’, recordó Francisco el sábado. “Y así es como vino a mi corazón el nombre de San Francisco de Asís”.
En ese momento de máxima emoción también se le pasaron por la cabeza las guerras que sufre el mundo, por lo que ya no tuvo ninguna duda de que elegiría el nombre de Francisco en honor a un “santo de paz”, conocido por dedicar su vida a los más desfavorecidos entre los siglos XII y XIII.
El pontífice de 76 años comentó que había leído en los medios cómo se le relacionaba con otros santos, como San Francisco de Sales y el jesuita San Francisco Javier, pero indicó que la verdadera explicación es la evocación que le trajo la frase de Hummes.
Después bromeó entre risas con las sugerencias de otros cardenales. Uno de ellos le recomendó adoptar el nombre de Clemente XV para “vengarse” de Clemente XIV, quien en 1773 ordenó la disolución de los jesuitas, orden a la que pertenece Francisco.

Es el mismo de siempre: biógrafo

De la frialdad germana de Benedicto XVI, el pontificado ha pasado a una comunicación gestual genuinamente argentina entre bromas, besos y abrazos de Francisco, quien además habló español en público por primera vez desde su elección.
El primer Papa latinoamericano de la historia hizo gala el sábado de buen humor en su primera audiencia con los medios de comunicación, a los que dejó un mensaje que parece toda una declaración de intenciones.
“Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, dijo.
Después del discurso saludó personalmente a un grupo de periodistas con los que no escatimó en gestos de cariño. Muchos de ellos eran argentinos.
Virginia Bonard, colaboradora en el área de prensa en el arzobispado de Buenos Aires, protagonizó la imagen de la jornada al regalarle un mate para que no olvide las buenas costumbres argentinas en Roma.
“Le regalé un mate, que es mío, con una bombilla que es de mi esposo y con una cartita en la que le pongo algunas cosas”, explicó Bonard.
Su biógrafo autorizado Sergio Rubín también estrechó la mano a Francisco.
“Me encontré exactamente al Jorge Bergoglio con el que me encontraba por la calle en Buenos Aires”, dijo Rubín. “No ha cambiado nada. Es el mismo de siempre. No me he encontrado un Papa impostado”.
La audiencia de Francisco duró poco más de media hora y fue íntegramente en italiano. Sin embargo, al final de su intervención, pronunció sus primeras palabras públicas en español como Papa.

Lo invita Peña a México

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que en su encuentro con el Papa Francisco, el presidente Enrique Peña Nieto lo invitará a visitar México.
En un boletín, la Cancillería confirmó que el Mandatario viajará este domingo a El Vaticano para presenciar la ceremonia de inicio del pontificado de Jorge Bergoglio, que se realizará el martes 19 de marzo y reunirá a jefes de Estado y altas personalidades de diversas regiones del mundo.
“En el marco de su primera visita como Presidente a la Santa Sede, el Mandatario mexicano establecerá contacto con el recién electo Sumo Pontífice así como con otros altos miembros de la Curia Romana”, indica.
Durante la visita se reforzarán temas comunes como la seguridad internacional, defensa de los derechos humanos, cambio climático, desarme nuclear, rechazo a la pena de muerte y seguridad alimentaria.

Se reúne con Presidenta argentina

El Papa Francisco se entrevistará el lunes en Roma con la presidenta argentina Cristina Fernández, con la que no mantuvo buena sintonía en el pasado cuando era el cardenal Jorge Mario Bergoglio.
El Vaticano informó el viernes que el encuentro -el primero del Pontífice con otro jefe de Estado- tendrá lugar en la residencia de la Casa de Santa Marta, donde Francisco sigue viviendo con el resto de los cardenales hasta que los apartamentos papales queden acondicionados.
Esta entrevista no es sólo entre dos compatriotas, sino entre dos jefes de Estado, ya que Francisco es el mandatario del Vaticano, el estado más pequeño del mundo.
La relación entre Fernández y Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires estuvo marcada por desavenencias.
La mandataria argentina, al igual que otros líderes latinoamericanos, también tiene previsto asistir a la misa de entronización de Francisco el próximo martes 19 de marzo, festividad de San José en el calendario católico.

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