Cientos de fieles católicos abarrotaron ayer la Catedral Metropolitana de León para ser testigos de la ordenación de cuatro nuevos sacerdotes y cinco diáconos para la Diócesis.
Las campanas del recinto donde se venera a la Virgen de La Luz, patrona de los leoneses, repicaron con fuerza para dar inicio a la ceremonia litúrgica.
La procesión conformada por 50 presbíteros, los ordenados y sus familiares fue presidida por el arzobispo, Alfonso Cortés Contreras; el obispo auxiliar, Juan Frausto Pallares; y el vicario de la Diócesis, Carlos Muñoz Hernández.
La Basílica lucía esplendorosa para la magna ceremonia religiosa en la que fueron ordenados como nuevos sacerdotes: Abelardo Aviña Reyes, Jorge Chávez López, Óscar Muñoz Mendoza y Miguel Ramírez Martínez.
En la misma ceremonia recibieron la ordenación como diáconos: Andrés Humberto Andrade Oliva, Jesús Raúl Arena Velázquez, Gustavo Barrios Márquez, Marcial Hernández Rodríguez y Jacobo Érick Venegas Teherán.
Todos los ordenados entraron acompañados por sus papás o algún otro familiar.
Cada uno fue presentado y llamado por su nombre. Luego realizaron las promesas y votos de respeto y obediencia al arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras y al Papa Francisco.
En una carta del Papa Cornelio a Fabián, en el año 252, se mencionan los siete grados dentro de la Iglesia: Presbíteros, diáconos, subdiáconos, acólitos, exorcitas, lectores y osarios.
Teniendo como testigos al pueblo de Dios y la imagen de la Virgen de La Luz, los jóvenes se postraron en el suelo en señal de humildad y súplica, mientras que se cantaban las letanías de los Santos.
Luego el Prelado impuso las manos sobre los nuevos consagrados. Es el momento en que el Espíritu Santo desciende por medio del sacramento al ordenado y termina con una oración consagratoria.
Una vez revestido ya con las vestimentas del sacerdote, el Arzobispo le unge las manos con el santo óleo crisma, mientras se reza.
Posteriormente entrega a cada nuevo sacerdote el cáliz y la patena.
Como muestra de la acogida que les da el Presbiterio, el monseñor y los concelebrantes les dieron la bienvenida mediante un fuerte abrazo a los nuevos sacerdotes mientras los fieles católicos les brindaron una ovación.
Al final de la ceremonia religiosa se ofreció una gran recepción y convivencia mientras se llega el momento de su primer cantamisa, que será en la respectiva parroquia de cada uno de los consagrados.
El Arzobispo de León agradeció a los papás de los consagrados haber inculcado los valores católicos a sus hijos.
“Doy las gracias a los padres de familia que los acompañaron en su fe y transmisión de valores. Dios los premia”, finalizó Cortés Contreras.
