Una de las señoras que asistieron a Jacinto durante algunos meses, soltó en llanto al despedir al hombre, otras sólo mostraron su rostro lleno de tristeza y le colocaron un rosario en el pecho; luego, le dieron una bendición.

Ana Rosa Guillén, señaló que si se encariñó con don Jacinto; ella dijo pertenecer a la iglesia de la comunidad de Pescadores y siempre ha estado en la mejor disposición de ayudar a quien sea.

Dijo que su madre no puede ver, por lo que la asiste a diario, y al igual que a Jacinto, requiere una atención especial.

“Lo atendí con mucho cariño, como a mi madre; ¿quien no quisiera tener un padre de 91 años para poder atenderlo?”, decía mientras rompía en llanto.

Agradeció a sus vecinas y al DIF, así como a las autoridades municipales por el apoyo que le brindan a Jacinto.

Durante la estancia de Jacinto y luego de la publicación de su foto en los medios, acudieron al lugar algunas familias que tienen a un ser querido desaparecido con esas características, pero no se trató de la persona que buscaban.

Dijo otras de las vecinas que lo atendían, que “nunca nos rendimos en atenderlo, siempre con la esperanza que le puedan dar una mejor vida a Jacinto y encontrar a su familia, doy gracias por atender la petición que hicimos en Pénjamo, lo vamos a extrañar, Don Jacinto será feliz, ojalá que disfrute los muchos o pocos, los días que Dios le dé la oportunidad de vivir”.

Algunas mujeres más pudieron ver como Jacinto era colocado en la ambulancia; el hombre con dificultad levantaba la mano en son de despedida y agradecimiento a ellas. Algunas tocaban su mano con la esperanza de algún día, volver a saludarse.

A distancia Ana Rosa veía como la ambulancia de Cruz Roja Pénjamo, se retiraba del lugar con Jacinto a bordo. No dejó de observar hasta que esta se perdió en la carretera.

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