Fue en el año de 1940, en Ciudad Guzmán, Jalisco, donde llegó a este mundo un ángel que hoy en día llena la ciudad de Irapuato de bendiciones y de amor en sus actos de caridad y altruismo.
María Covarrubias Galindo, mejor conocida como Quilla, es un ejemplo a seguir y una vida de filantropía.
Por dedicar su vida al amor por las personas en general y procurar su progreso de una forma desinteresada, hoy recibe un gran reconocimiento por parte de la ciudad y sus habitantes quienes le están muy agradecidos; la presea Vasco de Quiroga 2016 es para esta gran mujer.
Una de las primeras actividades altruistas que realizó en la ciudad, fue allá en el año de 1974, cuando la entonces presidenta del DIF, Lilia Sánchez Dávalos le extendió la invitación para participar en el patronato para la creación del centro de rehabilitación CREE.
Unidas, un grupo de 15 señoras, entre ellas Quilla como presidenta, lograron inaugurar este centro en donde atendían a niños con educación especial, para Quilla fue un parteaguas en su vida y lo que trazo una nueva forma de ayudar a las personas que más lo necesitaban.
En esta institución, duro 4 años como presidenta, pero no se alejo, sino, que siguió con la ayuda durante 10 años como voluntaria.
“ Todos los viernes suplíamos a las maestras para que ellas hicieran su evaluación de los niños, cada una de nosotras tenia un grupo, entonces, eso fue una experiencia maravillosa, primero acá con los niños enfermitos de diferentes cosas y luego, ahí mismo la escuela de educación especial para ellos y eso de quedarnos en un grupo a mi me toco el grupo de niños sordomudos, entonces esa fue una experiencia muy bonita” recuerda Quilla.
Al terminar ese proyecto y ya con el corazón abierto para seguir dando a mor, las mujeres que integran al grupo de Voluntarias Vicentinas, invitaron a Quilla para que trabajara con ellas a lo que acepto y donde también fue presidenta por 4 años.
Tenían como objetivo el ayudar a la gente más pobre, sobre todo ancianos a los que por diferentes causas sufrían de problemas en casa; desprecio, maltrato o cualquier abuso, ellas los ayudaban con despensas o lo que fuera necesario.
Durante su periodo como presidenta, no solo ayudo a los ancianos, también, hizo una gran labor en la colonia Che Guevara, que para aquellos entonces, eran un grupo de “paracaidistas” que llegaron a los terrenos solitarios.
Maribel, quien era la líder del grupo, pidió ayuda al grupo de mujeres vicentinas, a lo que atendieron a su petición, pero no con despensas, Quilla y su visión, propuso la creación de un comedor para niños de 3 a 10 años.
Este proyecto se hizo realidad, el comedor que entregaron estaba bien equipado, estufa, refrigerador, mesas y bancas para los niños, además cada lunes era surtido con la canasta básica, así las mujeres de la colonia se rolaban para hacer la comida.
Fue un gran proyecto que ayudo a cientos de personas y del que Quilla, nunca dejo de lado, había días en los que hasta comía ahí.
Parte del corazón de esta gran mujer, quedo en esa colonia, después del comedor, Quilla se organizó y ayudo a construir el templo que hoy en día se encuentra en las inmediaciones de la colonia.
Sin dejar ninguna de estas actividades de lado, al terminar su periodo presidencial, inicio labores como comisionada de las vicentinas en el Hospital General de Irapuato, donde en colaboración con las trabajadoras sociales, ayudo a los enfermo con medicamentos, estudios médicos y todo lo que necesitan.
Hasta el momento de formar parte del patronato para construir terapia intensiva ahí en el hospital, hasta la fecha Quilla, sigue con la ayuda a los enfermos y cada domingo lleva la comunión a los enfermos.
Con el apoyo de su familia, Javier Ramos Barajas, su esposo y sus hijas: Graciela Margarita, Sandra y Beatriz Elena. Maria Cavarrubias, siguió su camino con los roles de madre de familia y su vida altruista.
Durante su trayectoria, fue cofundadora de la Casa Asistencial de la Mujer de Todo Corazón junto con Margarita Limas, hasta la fecha sigue con los apoyos en la casa como tesorera.
Después al poco tiempo, se integra a la Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia, donde se desempeña como coordinadora regional e imparte clases en el templo de San Pedro.
En el años 2012, llegó al Seminario Diocesano donde hasta la fecha apoya y entrega pizzas cada ocho días, la misma actividad para diferentes casa de asistencia y casas hogar.
CÁRITAS, es la última asociación donde entrega su espíritu y su corazón en cada persona a la que le extiende su mano.
Por todo esto, a sus 76 años de una larga trayectoria, Quilla fue elegida para ser reconocida con esta singular estatuilla, por la que esta muy contenta y feliz, lo cual agradece a Dios por tanto amor y bendiciones en su vida.
AL DETALLE:
El sobre nombre de Quilla tiene una gran historia detrás.
“Yo pienso que me hubieran bautizado con el nombre de Quilla, cuando yo nací tenía dos hermanos más grandes que yo, Arturo que me llevaba un año y 9 meses, entonces, Lola la nana de la casa, le decía… “Arturo ven a que veas a tu hermanita”. Entonces él decía una quilla, una chiquilla, entonces Lola empezó a decir.. “Arturo ven abrazar a la Quilla”, todo empezó ahí con la nana luego mi hermano mayor y de ahí toda la familia”. Recordó María Covarrubias.
