El sueño de un niño se hizo realidad, cuando dos personas escucharon su deseo de llevar a su hermano, con capacidad diferente, a conocer la playa.
Fernando es un pequeño de 8 años, que a su corta edad conoce la responsabilidad de estudiar, ganar dinero y apoyar a su familia; su más grande ilusión era llevar a su familia a la playa.
Este niño luego de estudiar, se dedica a trabajar vendiendo los dulces con amaranto que hace su mamá.
Trabajo que le sirve para sacar adelante a Karol, su hermano pequeño de 7 años, que padece parálisis cerebral y síndrome de West.
Como cada día, Fernando salió a vender los dulces, caminando desde la colonia Ex Hacienda de Santiago hasta el Centro. Siempre se detenía a observar las promociones en las agencias de viajes, hasta que un día tomó la determinación de preguntar el costo de un viaje para su familia.
El dinero no alcanzaba, pues apenas solventaba los viáticos de su mamá para llevar a Karol a sus terapias en el CRIT de Irapuato. Así es que tomó otra decisión…pedir prestado.
Trabajador es, así es que tenía la confianza de poder pagar lo que ocupaba.
Berenice Donato, quien promueve apoyos psicológicos y ayuda en especie, para personas en situaciones difíciles, es amiga de la familia de Fernando, a quienes apoya en la medida de lo posible.
Y conociendo el gran corazón de Bere, como la conoce Fernando, pensó que sería ella quien le prestaría el dinero.
El deseo de Fernando de que su hermano fuera a la playa y que hubiera mucho espacio para que pudiera tomar sus terapias, era su principal motor.
Y por esto, Berenice Donato buscó apoyo con Berli Guevara, propietaria de una agencia de viajes en la ciudad. Un deseo se convirtió en un proyecto para ayudar a niños con capacidad diferente en situaciones complicadas.
De manera que este proyecto serviría, no sólo para las terapias, sino como un aliciente para las madres de estos pequeños que trabajan incansablemente por sus hijos.
La semana pasada, Berli Guevara se unió al proyecto y obsequió dos viajes para dos familias con niños de capacidad diferente.
Los beneficiados fueron Karol, de 7 años, que viajó con su mamá, la señora María del Carmen, con Fernando y Michel.
Así como la pequeña Jessica Guadalupe, quien acude a la Escuela de Educación Especial, diagnosticada con síndrome de Lennox-Gataut, microcefalia, déficit de atención, retraso psicomotor, rasgos de autismo y pie equinovaro; quien fue con su mamá Olga Cristina.
Este es el primer viaje al que se lleva a dos niños con capacidad diferente a la playa, en lo que se espera pueda ser un proyecto que sirva para muchos otros niños.
Fernando y sus hermanos fueron abandonados por su padre, y este niño, a su corta edad, ya sabe sobre responsabilidades antes de permitirse disfrutar de su infancia. Su amor por su hermano y su familia movieron el corazón de personas que han dado para cumplir el sueño de un gran niño.

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