Iosif Stalin Rueda Ríos desde niño acompañó a su padre, Salvador Rueda García, cuando inició la corporación de Radio Auxilio Voluntario; ahora recae en él la responsabilidad de que los servicios de urgencias se cumplan con el cabalmente.
Stalin Rueda tiene 36 años de edad y 30 en la corporación, aunque reconoce que desde niño le gustaba acompañar a su padre, considera que nació conjuntamente con esta corporación de emergencia.
El ángel urbano recordó que tenía entre 6 y 7 años de edad, cuando su padre Salvador Rueda, junto con algunos de sus amigos iniciaron un Club de radio aficionados, quienes por la banda civil en canal 9, se comunicaban con chóferes de tráiler que transitaban por la ciudad y escuchaban reportes de accidentes.
Fue que este grupo de amigos inició apoyando a pacientes y fue en ese momento cuando Stalin inició su actividad, aunque no como paramédico pero ya acompañaba a su padre, por lo que considera que cuenta con al menos 30 años dentro de la corporación.
Es por lo anterior que Radio Auxilio Voluntario lleva ese nombre; recuerda Stalin que la corporación nació como tal cuando Vicente Aguilar donó en 1988 una ambulancia,  por medio de la banda civil se reportaban accidentes a lo que acudían como voluntarios a atender y trasladar a los lesionados.
Stalin reconoce que esta actividad la hace por la enseñanza que le inculcó su padre el ser paramédico, porque a la fecha cuenta ya con algunos cursos de capacitación como Técnico en Urgencias Médicas (TUM), extracción vehicular, rescate urbano y además forma parte del grupo Topos Tlatelolco.
Se considera gestor de la corporación de Radio Auxilio, ya que siempre se ha preocupado porque no falte algo a las ambulancias y siempre busca la manera de gestionar apoyos.
Durante estos 30 años, Stalin ha atendido miles de accidentes, “recordar alguno en especial no me viene a la mente, porque han sido muchos de ellos; cada uno tiene su propia historia”.
Dice que hay accidentes desde niños que caen y sufren una herida en la cabeza, hasta personas prensadas dentro de sus autos. “Recuerdo uno que ha marcado mi vida, fue entre 2006 y 2007, estaba viviendo en Monterrey, Seuz mi hermano iba a la ciudad de Guadalajara, le pedí que aprovechando su ida a ese rumbo me iría a Monterrey en avión. Íbamos sobre la carretera a Yurécuaro cuando vimos varios botes de refresco llenos y nos sorprendimos, pero al salir de la curva, nos enteramos que había un choque entre un camión que trasportaba montenes y uno de pasajeros. Estos montenes se introdujeron al camión de pasajeros, algunos de estos ya fallecidos, algunos gritando, otros querían ser atendidos; de todo encontrábamos en los pasajeros. Íbamos a Guadalajara Seuz y yo, por lo que empezamos a seleccionar a los pacientes, mientras pedíamos apoyo de varias ambulancias para trasladar a los lesionados. Al final pudimos apoyar, porque acababa de pasar el accidente, salía aún humo de ambas unidades, ya no alcancé a llegar a tiempo a Guadalajara, pero pudimos apoyar, que fue lo más importante”, recordó Stalin.
Dijo estar muy satisfecho porque siempre ha tratado de servir a la gente que requiere el servicio de urgencia, “a la fecha sigo haciendo mus guardias todos los sábados, cubriendo las urgencias en compañía de mis amigos y compañeros de profesión”.
Platicó que a su guardia se le ha bautizado como la “Guardia de los Casados”, porque ese día sólo acuden a realizar sus guardias paramédicos, “porque los jóvenes se van a ver a sus respectivas novias”.
Stalin afirma que continuará en Radio Auxilio hasta el último minuto de su vida, además reconoció que vale la pena estar ahí, en ese lugar de ayuda a los que lo requieren, “aunque en muchas ocasiones no se recibe nada a cambio, solo la satisfacción de poder servir a la población”.
Otra satisfacción es que su hijo Paúl sigue sus pasos en la corporación, “sigue los pasos de su abuelo y su padre, Espero que a mis otros hijos les guste esta actividad, aunque aún son muy pequeños”.
Stalin señala que los líderes de la corporación tienen qué sacrificar en alguna festividad, por ejemplo, “en Navidad debemos estar al pendiente, porque en ocasiones los voluntarios quieren estar con su familia; o en la más reciente noche mexicana, nos cooperamos para cenar platillos mexicanos dentro de la misma guardia, no se siente pesado porque es lo que nos gusta, debemos estar al pendiente para cualquier urgencia que se requiera”, finalizó.

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