Por 125 años, el Panteón Norte ha sido la última morada de miles de difuntos celayenses.
Entre los sepulcros que saturan este cementerio destacan los de célebres personajes que figuraron en la historia de Celaya, pero también están los de quienes, literalmente, inauguraron el Panteón Norte con su sepulcro.
Se trata de hombres, mujeres e, incluso, niños cuya historia ha sido precisada gracias al registro civil de Celaya de la época de 1890, año en el que fue inaugurado el cementerio, informó Rafael Soldara Luna, historiador y coordinador del Museo de Celaya, Historia Regional.
El registro civil documenta como primer entierro destinado al Panteón Norte, sin haber sido inaugurado, al de la difunta María Trinidad Vázquez quien, según los documentos, murió de sífilis en el Hospital Municipal de Celaya a las 11:30 de la mañana del jueves 18 de septiembre de 1890.
La mujer era soltera, originaria de Salamanca y tenía 24 años de edad. El registro indica que ese mismo día el Jefe Político envió un oficio al juez Juan Rocha para ordenar la inhumación gratuita del cadáver, en primera clase.
La iniciativa de sepultar a la mujer gratuitamente en el panteón civil pretendía animar a los habitantes a enterrar a sus muertos ahí para evitar la insistencia de sepultarlos en los camposantos ubicados en los templos de la ciudad.
Otro personaje bien identificado es el músico Secundino González Sánchez, a quien se le ha atribuido el privilegio de ser el primer entierro con el que se inauguró oficialmente el panteón.
Murió en Celaya, el domingo 5 de octubre de 1890 y, por orden de la autoridad municipal, debía sepultarse en un lugar distinguido -junto a la puerta del panteón- por cinco años. Así, libró los espacios de primera, segunda, tercera clase y fosa común.
Según los documentos del registro civil, el Músico vivía en la casa número 15 de la primera calle de Guadalupe y murió de anemia cerebral. No era indígena, pero sí originario de Celaya. Tenía 28 años.
Su sepulcro no ha sido detectado; sólo existe una modesta lápida conmemorativa, y los documentos del registro civil que dan fe de su existencia.
En una de las dos habitaciones usadas desde 1890 como oficina del administrador y bodega del Panteón Norte -sitio que actualmente ocupa el Museo de Momias-, hay una tumba conmemorativa que fue construida para sepultar a un niño cuyo cadáver fue también una de las primeras inhumaciones del panteón antes de su inauguración oficial.
La lápida cita: “Luis Domenzain y Luz del Moral / 31-Diciembre-1889/ murió el 30-Septiembre-1890”, y sugiere que un matrimonio sepultó ahí a su hijo. La documentación encontrada al respecto en el registro civil confirma la suposición pues expresa:
“En Celaya a los tres cuartos de la tarde del miércoles primero de Octubre de 1890, ante mí el Juez que suscribe, compareció el ciudadano Fermín Solórzano y dijo: que anoche a las siete, en una casa sin número de la calle del Coliseo, murió de meningitis el niño José Agustín Domenzain, no indígena de esta vecindad, de 9 nueve meses, hijo del Señor Luis Domenzain y de la Señora Luz del Moral que viven, fueron testigos los ciudadanos Ramón Rosales y Jesús Gil, ambos mayores de edad, casados, comerciantes y sin parentesco con el finado. Se mandó inhumar el cadáver en lugar distinguido del Panteón Municipal por cinco años, levantándose la presente que aprobaron firmando para constancia doy fe. Juan Rocha.”.
A 125 años de la inauguración del Panteón Norte, las losas y monumentos funerarios de estos y muchos otros personajes se han perdido y, con ello, las osamentas han quedado en el anonimato.
Sólo mediante la fuente documental ha sido posible ubicar difuntos que se estimaban perdidos debido al estado de destrucción en sus lápidas al interior del Panteón Norte.

Propone catalogarlo ante INAH

Evitar los daños que sufren las tumbas e instalaciones del panteón sería posible con dos acciones: reglamentar el acceso, y catalogar el sitio y las 22 tumbas de personajes ilustres como edificios o monumentos históricos ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Ésta es la propuesta del historiador y coordinador del Museo de Celaya, Rafael Soldara Luna, quien instó a las autoridades municipales a iniciar la gestión para lograrlo.
“Hago un exhorto a las autoridades municipales para que en conjunto con el INAH precisen la conveniencia de hacer el registro del Panteón Norte como monumento histórico y analizar la posiblidad de restaurar sus monumentos o tumbas más emblemáticas para lograr preservarlas”, expresó.
Catalogar las tumbas y el propio Panteón, permitiría además contar con recursos para darles mantenimiento y evitar su deterioro por efecto del paso del tiempo y de las condiciones climáticas.
Además el lugar podría impulsarse turísticamente en conjunto con el Museo de Momias, abierto en el acceso al Panteón.
Y también sería necesario hacer un reglamento -indicó Soldara- pues esto ayudaría a controlar las visitas de la gente, de modo que esté sancionado el daño a las tumbas y otras acciones como subirse en ellas, golpearlas o llevarse piezas de la estructura. Con esto se reduciría el deterioro provocado.
Soldara Luna además propone poner vigilancia por sectores, personas que estén atentas a que la gente respete los espacios del cementerio.

AL DETALLE
TUMBAS DE ILUSTRES

Se trata de artistas que dejaron una imborrable huella en los recuerdos de los celayenses: periodistas, docentes, poetas, músicos y artistas de los que, lamentablemente, ahora su obra está dispersa. Ahora encontramos sus nombres en lápidas del Panteón Municipal Norte:

1.- Abigail Carreño de Maldonado
(1921 – 2006)
Cronista de Celaya
2.- Alfonso Sierra Madrigal
(1896-1945)
Poeta, sus cenizas están dentro de la capilla del Panteón.
3.- Antonio Escobedo Martínez
(1862-1890)
Militar, hijo del general Mariano Escobedo.
4.- Crisóforo Guevara
(1874-1942)
Presbítero, docente y benefactor de Celaya
5.- Enrique Colunga Meade
(1877-1946)
Licenciado y Constituyente
6.- Eusebio González y Lopez
(1830-1893)
Empresario, esposo de la benefactora Emeteria Valencia
7.- Francisco J. Navarro
(1858-1914)
Músico, intérprete y compositor. Fundador de la Banda Municipal de Celaya
8.- Francisco Juárez
(1859-1923)
Docente. Una de las avenida más importantes lleva su nombre
9.- Ignacio Lazarrañaga
(1818-1879)
Coronel y ex combatiente en las guerras contra la intervención extranjera norteamericana y francesa en México, es la tumba más antigua del Panteón Norte
10.- José Inocencio Cabrera Álvarez
(1862-1932)
Fotógrafo de estudio; sucesor del pionero Miguel Rodríguez
11.-José Nieto Piña
(1886-1937)
El teatro de la Universidad de Celaya lleva su nombre
12.- Liborio Crespo
(Murió en 1925)
Poeta
13.- Manuel Concha Quintanilla
(1857-1949)
Licenciado, cronista y benefactor
14.- Manuel Silva Esparza
(1900-1934)
Poeta y periodista
15.- María de Jesús Silva Esparza
(Murió en 1926)
Docente y fundadora escolar
16.- Nemecio Ponce
(Murió en 1948)
Introductor de la telefonía a Guanajuato
17.- Pánfilo Maldonado Moreno
(1889-1955)
Comerciante y benefactor de la ciudad
18.- Ramón García Garibay
(1867-1934)
Docente y fundador escolar
19.- Rosa González de Carmona
(1899-1984)
Profesora y fundadora de la primera escuela normal de la ciudad, primera mujer del estado graduada en leyes
20.- Secundino González Sánchez
(1862-1890)
Filarmónico, primer tumba del Panteón Norte, recién inaugurado en 1890.
21.- Silvano Ramos
(Murió en 1943)
Compositos e intérprete, autor de ‘Allá en el rancho grande’
22.- José Valentín Mancera Sánchez
(1860-1882)
‘El bandido generoso’, originario del pueblo de San Juan de la Vega, Celaya.

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