Con una misa de acción de gracias, el párroco del Señor de La Piedad, Jesús Alcázar Fuentes se despidió de esta foranía.
Con lágrimas en sus ojos y una voz entrecortada, dijo que se lleva el cariño de la gente de La Piedad.
Durante la homilía, Jesús Alcázar, dijo que el Evangelio leído en su misa de acción de gracias, había caído como anillo al dedo.
El Párroco dijo que los designios de Dios a veces no son aceptados por los humanos, “el Señor no se equivoca, cuando el Señor dice, sígueme acá, su voz hay que seguirla”.
Parte rumbo a Ciudad Hidalgo
Señaló al pueblo de La Piedad, que el calor de la gente hermosa de aquí, no hay necesidad de más palabras, pero “tomé de determinación de seguirlo, porque el Señor me lo pide”, al referirse a su partida a Ciudad Hidalgo, Michoacán, donde en próximos días será recibido allá.
Pidió a los presentes seguir a Dios, pero dijo que deben seguirlo con el corazón, porque seguirlo por intereses, “entonces, estamos perdidos, el 40% de los presentes están comprometidos con la pastoral, pero el resto, qué espera”, dijo.
En relación a la parroquia que fue su casa por 11 años, dijo que ésta lo ha hecho crecer como sacerdote, aquí vi otro mundo, acá he convivido con 21 vicarios y aprovecho para presentar al nuevo vicario parroquial, al padre Luis Daniel Rubio”.
‘Me enseñaron…’
Dijo a los feligreses que cada sacerdote tiene una riqueza y como pueblo de Dios, “deben ver esa riqueza en cada uno de ellos, oren por nosotros los sacerdotes, aquí he aprendido a valorar a cada una de las personas sean pobres o ricos, letrados o no tan preparados, me han enseñado a ver el ser humano”.
Al pedir perdón a Dios por los errores que haya cometido, así como las falta que pudo haber tenido con los sacerdotes, a Jesús Alcázar Fuentes, se le entrecortó la voz.
Al tratar de controlar el sentimiento, le brotaron las lágrimas que se secó y continuó con su mensaje, pero el sentimiento volvió a brotar.
Dijo que en su estancia en La Piedad, nunca la hizo falta algo, porque al contrario le sobró y fue para compartir con todos.
Entre las satisfacciones que se lleva de esta ciudad, dijo en haber convivido con tanto sacerdote, a quienes les mencionó que nunca les faltó al respeto.
Otras satisfacciones la consejería familiar, el albergue, la casa de pastoral, la colocación de la primera piedra del centro de Fe.
Se dijo orgulloso por las celebraciones que realizó en esta ciudad, como es el quincenario a la Virgen María, las fiestas del Señor de La Piedad, las misiones cuaresmales, la bodas de oro del padre Francisco Zambrano.
Además de haber recibido la máxima distinción que se entrega en esta ciudad piedadense, la Presea Cavadas.
‘Me llevo el cariño y el corazón’
Dijo llevarse “el cariño y el corazón de cada uno de ustedes, porque los conozco a todos, pudiera mencionarlos por su nombre a cada uno de ustedes sin temor a equivocarme.
A nombre de mis padres, Pablo y Margarita, quienes ya fallecieron, gracias a todos, gracias a La Piedad y gracias Señor de La Piedad”.
Posterior a la comunión el padre Rubén le hizo entrega a Jesús Alcázar un reconocimiento, donde le agradecía todo el apoyo que tuvo durante muchos años a su persona.
“Lo vamos a extrañar padre Jesús, que Dios lo bendiga”, entre otras palabras que le dijo en presencia de los habitantes de La Piedad.
