¿Qué tal fácil es pedir perdón o perdonar a alguien? En la puesta en escena “Labio de liebre”, coproducción del Teatro Colón de Bogotá y Teatro Petra de Colombia, se encuentra la respuesta de la pregunta.
La obra que se presentó en el Teatro Principal, en el marco del Festival Internacional Cervantino, que fue escrita y dirigida por Fabiano Rubiano Orjuela, habla sobre una de las pasiones infalibles en la narración dramática: la venganza. Pero también sobre una de las acciones más difíciles: el perdón.
Salvo Castello interpretado por el director, se enfrenta a su pasado en su propio casa. Tiempo atrás hizo cosas atroces por convicción, por rabia, por dolor pero también por venganza. Se arrepiente pero queda en deuda. Para pagar su deuda debe enfrentarse a aquellos fragmentos olvidados por voluntad, por obligación o por inercia.
Castello se encuentra tranquilamente en su casa viendo televisión cuando de repente Granado Sosa (la liebre )toca la puerta. Al principio se resiste a recibirlo pero cuando se da cuenta quien es, se apresura a atender al hijo de Alegría de Sosa que tiene labio leporino, por eso es conocido como la liebre.
Lo que inicia como una plática poco a poco da muestra de la monstruosidad que guarda el personaje. De repente aparece en el escenario la familia Sosa, excepto el padre de familia, conformada por Marinda Sosa (hermana de la libre) y Jerónimo Sosa (hermano de la liebre).
Los cuatro miembros de la familia le piden a Salvo Castello que trate de recordar sus nombres pero no quiere hacerle, prefiere seguir con su vida. Sin embargo algo muy adentro de él no le permite hacerlo, el recuerdo de sus acciones del pasado.
Como fantasmas, día y noche rondan su casa, su mente, sus sueños. La familia se resiste a dejarlo en paz y él se resiste a pedir perdón, trata de seguir pero no puede dejar a un lado todo lo que pasa a su alrededor, todo parece tan real que le cuesta trabajo olvidarlo.
Todo lo que parecía no tener fin, penetra en lo más profundo de su ser. Sin pensarlo da los datos de los lugares donde fueron asesinados cada uno de los Sosa, mencionándolos a cada uno por sus nombres, por último pide perdón lo más fuerte que puede hacerlo.
Entre aplausos concluyó la puesta en escena que es considerada una nueva forma de hacer teatro donde aparecen 6 actores pero que cuenta con un equipo de más de 50 personas.

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