Para ser paramédico, se requiere tener un carácter fuerte para tomar decisiones pero también ser sensible para apoyar y salvar vidas; esa entereza de ser paramédico corre en la sangre de los que se desempeñan en las emergencias.
Así se expresó Diana Laura Aviña Martínez, una joven paramédico de 19 años que ya tiene uno como parte del Honorable Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Rescate y Salvamento de La Piedad. Diana Laura señañó que ingresó a esta corporación porque siempre le ha gustado la medicina.
Dijo que desde que estaba en la escuela secundaria, pensó en ser doctora, aunque ahora tiene interés en convertirse en Licenciada en Educación. Sin embargo, no deja algo que le ofrece una gran satisfacción en esta vida, como es ayudar a la gente.
Aviña Martínez señala que al ingresar a Rescate y Salvamento de La Piedad, nunca imaginó que tan grato servir a la gente. Por ello sigue preparándose de forma continua con el curso en Técnico en Urgencias Médicas, así como el de PHTLS (Apoyo Vital Pre hospitalario en trauma) que aprendió en el Hospital General de esta ciudad.
Dijo la joven paramédica, que seguirá en constante capacitación, conociendo a fondo cada uno de los temas de atención a pacientes como es obstrucción de vías aéreas, los diferentes traumas, hemorragias y otros temas para salvar la vida de las personas.
Su meta en la vida es clara, salvar vidas, “no debo de dejar de brindar ayuda necesaria a las personas, con el objetivo de salvar la vida de las personas”, dijo.
También dijo prepararse para retroalimentarse en las nuevas maniobras de rescate, por lo que considera estar preparada en todo momento y en lo más actual de los servicios.
Mente fría en 10 minutos
Diana Laura aseguró que para ser paramédico se requiere tener carácter fuerte y una mente fría para saber qué hacer con el paciente, “tenemos como paramédicos 10 minutos de oro, para hacer la revisión necesaria y ayudar al paciente para que sobreviva”.
Lo más importante -advirtió la joven-, es llegar al accidente y conocer todo lo relacionado a éste, porque así pueden “tomar la mejor decisión cuidando la vida del paciente y la misma del paramédico”.
Reconoce que en esta actividad no se pueden mezclar los sentimientos, porque esto puede conducir a errores que se traducen en un mal servicio; se debe actuar con toda seguridad, no hay lugar a la duda.
Primera experiencia
Diana Laura compartió el recuerdo de su primer servicio, en el señaló sufrió muchos nervios, pero por fortuna contó con el apoyo de una compañera, para atender a una mujer enferma que había sido operada; su colega le dio toda la confianza para sacar adelante el servicio.
Contrario a esto, luego de un militar un año en las filas de Bomberos, afirma que sus nervios ya fueron superados. De tal modo que ahora cada que sale a servicio, se encomienda a Dios para brindar lo mejor de ella y ofrecer un excelente servicio a la población.
Dijo la joven, que el ser paramédico lo trae en la sangre, ya que su abuelo Agustín Martínez Chávez (q.e.p.d), así como sus tíos Alejandro y Jorge Martínez, fueron socorristas hace ya algunos años, por lo que considera que es una herencia familiar, además de su iniciativa propia en esta actividad altruista.
Por último, Diana Laura invita a quienes les gusta la adrenalina en la atención pre hospitalario, para que se preparen e ingresen a Rescate y Salvamento de La Piedad, ya que serán bienvenidos a esta corporación de auxilio.
