El comercio ambulante invade las banquetas y calles en el barrio de El Coecillo, principalmente en la Zona Piel, donde predomina la anarquía vial.
Personal de la Dirección de Comercio y Consumo informó que el año pasado recibieron mil 71 solicitudes para permisos de venta en la vía pública, de las cuales 642 fueron negadas por incumplir los requisitos de verificación reglamentaria, lo cual representa 60% del total.
En promedio se reciben 89 solicitudes por mes y el 82% de la solicitudes son para venta de alimentos.
La dependencia dio a conocer que 5 mil 83 comerciantes cuentan con cédula o permiso para estar en la vía pública, de los cuales 506 son ambulantes y 4 mil 577 son semifijos.
También informó que en la zona de la Central Camionera hay solo 474 permisos para comerciantes ambulantes y semifijos.
Sin embargo, Alfredo Reséndiz Zúñiga, líder de la Unión de Comerciantes Ambulantes y Semifijos de la Zona Piel, estimó que hay por lo menos 800 ambulantes que operan en esa área sin permiso.
Reconoció que esto representa un problema y competencia desleal para los comerciantes instalados en los diferentes tianguis y que pagan altas rentas.
Locatarios señalaron que El Coecillo se ha convertido en “tierra de nadie”, donde impera la anarquía ante la tolerancia y anuencia de las autoridades de las direcciones de Comercio, Fiscalización y Tránsito Municipal.
“Hay una anarquía total en el tránsito porque todos se estacionan en doble fila o sobre la banqueta para cobrar estacionamiento, como ocurre en el mercado La Luz, donde cobran por estacionarse sobre la banqueta”, señaló Juan Manuel Márquez, vecino.
El comercio semifijo y ambulantes han invadido las banquetas sin importar que los peatones se tengan que bajar al arroyo de la calle.
“Cada vez está peor El Coecillo. Las banquetas han sido tomadas por los comerciantes, que prefieren pagar seis pesos como impuesto de ‘plaza’, en vez de pagar la renta de un local que les cuesta hasta seis mil pesos; o como en Zona Piel, donde un espacio de nueve metros cuadrados te lo rentan en 12 mil pesos”, señaló José Montalvo, comerciante.
La calle Guadalajara prácticamente ha sido invadida por los comerciantes, y no solo en las banquetas, sino en el arroyo vial.
En un recorrido de AM por la zona se pudo constatar que los comerciantes ya sacan exhibidores hasta abajo de las banquetas y apartan lugares con todo tipo de objetos ante la tolerancia de los agentes de Tránsito.
“Sabemos que está prohibido aparatar lugares, pero más tardamos en retirarlos que en volver a colocar diablitos, cubetas, piedras y todo tipo de objetos”, señaló Antonio, oficial de Tránsito.
En las calles Herreros y Fray Daniel Mireles las banquetas se han convertido en pequeñas fondas con bancas, mesas y toldos. Los peatones deben bajar al arroyo de la calle arriesgando su vida entre los vehículos.
Los vecinos denuncian corrupción y tolerancia por parte de los inspectores de Mercados.
“Vienen a desayunar gratis y se van. Esto es una competencia desleal para los que pagamos renta en locales, que somos contribuyentes cautivos para Hacienda”, dijo María Guadalupe López.
“Ellos solo pagan nomás 10 pesos de impuesto, pero no son verificados por las autoridades sanitarias, a pesar de que no cuentan ni con las normas mínimas de sanidad”, añadió.
Además la inseguridad y asaltos imperan en la zona. El más reciente fue perpetrado contra un sacerdote franciscano.
