Agustín Cervantes/ La Piedad
Uno de los íconos del fútbol piedadense a nivel amateur y profesional, es sin duda Juan Manuel “Gena” Ríos, un personaje dedicado en cuerpo y alma al deporte más visto en todo el mundo.
Como jugador brilló con luz propia jugando como volante con el equipo de su pueblo: Reboceros de La Piedad, sin embargo, más adelante se daría cuenta que su verdadera vocación era ser entrenador.
Ya con mucho terreno recorrido en el llano, donde jugó para equipos como el Águila y el Tepeyac, aquel niño de escasos 10 años ya daba muestras de que en el futbol iba a ser todo un ídolo y así efectivamente sucedió.
Ese amor que desde pequeño se le inculcó por el balompié amateur, sirvió para que en etapa de adulto se hiciera cargo de varias selecciones de la Liga Piedadense en diversas categorías. Participó en campeonatos estatales y hasta nacionales, sobresaliendo en el evento que era más importante de aquellos años setenta: El Campeonato Juvenil Benito Juárez.
Muchos logros conquistó Juan Manuel Ríos al frente de estas selecciones con las que, incluso llegó a ser campeón estatal y nacional cuando La Piedad sacaba la cara por el Michoacán.
Su llegada a Reboceros
A comienzos de los años ochenta y con una serie de grandes triunfos en su historia, Juan Manuel Ríos Baca fue invitado para hacerse cargo del equipo de sus amores: Reboceros de la Segunda División Nacional.
“Recuerdo que el equipo pasaba por un mal momento dirigido por El Burro Sánchez. Raro porque venía de una gran campaña, pero en esa le tocó perder varios juegos en fila; fueron 10 partidos jugados y de esos, solo ganó uno, entonces fue cuando dejó el banquillo”, narró Gena Ríos.
Su arribo con el cuadro auriazul, se dio gracias a la confianza del directivo de esa época, Francisco Mares que junto con Juan Manuel Ríos, de inmediato se hizo cargo de aquellos jóvenes piedadenses con hambre de triunfo.
“La ventaja mía, fue que a la mayoría de los muchachos los conocía desde mi etapa como seleccionador en la Liga Piedadense y en Zona Centro ¡Entonces se armó un buen grupo! y tuvimos un torneo de ensueño calificando a la Liguilla”, -dijo en tono visiblemente emocionado el entrenador.
El debut al frente de Reboceros del profesor Juan Manuel fue un 3 de octubre de 1980, un día previo al santo del presidente del equipo, “Pancho” Mares quien recibió un gran regalo. Ese día La Piedad fue a la casa del Tapatío, poderoso equipo de aquellos tiempos, y lo derrotó 3-0.
“Y les ganamos 3-0 al Tapatío con todas sus estrellas como Yayo de La Torre, Lobo Ortíz, Dávalos. La verdad era un equipazo el que Tapatío tenía en Segunda, pero La Piedad tampoco se quedaba atrás y para ese juego alineé a Neto Morales, Chava Vargas, Sidriono León, Papas Melgoza, entre otros”, comentó.
Al torneo siguiente y luego de haber hecho un gran papel en su primer torneo con Reboceros, tocó la mala suerte que el conjunto cambió de directiva y el gran “Pancho” Mares dejó la titularidad para que llegara la época de Pepe Ibarra.
Gena dejó a Reboceros, pero esa fue su primera etapa ya que posteriormente sería requerido otras 4 veces en distintos torneos para que se hiciera cargo del equipo que le abrió las puertas para de la dirección técnica profesional.
Comandó equipos en tercera
Gracias a sus glorias al frente de Reboceros, y antes en Selección Liga Piedadense y Zona Centro, Juan Manuel Ríos tuvo la fortuna de dirigir otras escuadras de la región como fueron los Libertadores de Pénjamo, Linces de Zacapu, La Furia Azul del Ayense, Huaracaheros de Sahuayo, Jabalíes Cabadas de esta ciudad y el último, el Deportivo El Milagro.
Con todos esos equipos peleó la Liguilla y siempre se mantuvo entre los primeros lugares, siempre mostrando ser un buen timonel que aunque de pocas palabras, en el banquillo daba resultados.
A todos estos equipos de Tercera División los dirigió durante los años 90’s y recuerda con gran cariño torneos con el “Jabalíes” Cabadas y Ayense; el primero asumió su cargo tras la salida de “Chava” Reyes como entrenador.
“Esa fue otra gran etapa como técnico para mí. Yo venía de Zacapu donde había llevado a los Linces hasta las finales, me invitan a La Piedad y obvio acepté para hacerme cargo del nuevo equipo de Tercera División; llegué con un gran reto ya que ese plantel había sido dirigido por el ídolo del Guadalajara, Salvador Reyes”, compartió el ex técnico auriazul.
“Pero, con trabajo y tras conocer a los muchachos de casa, nos fue bien y calificamos. Desde luego recuerdo a jugadores como Ramón Morales, a quien me tocó invitarlo personalmente a que se integrara a las filas de ese plantel. Luego, por sus cualidades, de inmediato subió a la Segunda División con Reboceros y más tarde se fue al equipo de Monterrey”, agregó.
Actualmente, Gena Ríos ya no tiene equipo para dirigir pero se mantiene estudiando a las escuadras, porque sabe que un día puede llegar otra oportunidad para estar en el banquillo.
Triunfó en sus tiempos como jugador
Su habilidad con la pelota para salir por los costados era importante y eso lo llevó a tener ofertas de equipos de Segunda División como era el Zamora, sin embargo, Gena no aceptó por orgullo local: “No quería que hablaran mal de mí acá en La  Piedad. Siempre hubo rivalidad con los ‘chongueros’ y pues sería como ayudarles para que ganaran a mis Reboceros”.
Además, también tuvo algunas ofertas de equipos como Tampico y Cruz Azul de Primera División. Y el mismo Gena explicó: “La verdad, fui a ambos lados pero primero vi como era el panorama, no me gustó y me regrese a La Piedad”.
En el equipo local, jugo al lado de Ninche Ibarra, Chava Vargas, Adame, el padre López, Catarino Tafolla y muchos más que daban todo en la cancha al igual que Juan Manuel para que su equipo saliera airoso. Todos esos jugadores de Reboceros en la campaña 1958 fueron vendidos a cuadros de Primera Nacional.
“Y fue entonces cuando a mí el entrenador me dio la oportunidad de probar suerte junto a otros novatos que nomás estábamos esperando la oportunidad para aprovecharla y suplimos bien a quienes habían sido grandes ídolos de ese entonces”, reveló.
El mote de Gena
Su manera de ser era la de un joven inquieto y muy controvertido. Juan Manuel Ríos Baca se ganó el respeto de todo el conjunto rebocero, dentro y fuera de la cancha, por ello le llamaron “El General”. Uno de los primeros en hacerlo fue el directivo Francisco Mares. El mote de origen militar se simplificó solamente a “Gena”, por esa distinción que le dieron sus compañeros.

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