La mañana del jueves 13 de agosto Osvaldo Daniel Moreno Pérez se despidió de sus papás para ir a trabajar en la menudería La Costumbre, en la Central de Abastos.
Antes de salir de casa pidió a su mamá la bendición, como siempre. Ella se la dio doble y lo abrazó fuerte. “No lo volvimos a ver con vida”, dice con lágrimas su papá, Eduardo Moreno.
El joven de 28 años murió menos de 24 horas después a causa de las quemaduras que sufrió al registrarse un flamazo en su lugar de trabajo.
Osvaldo era un atleta de 28 años, hace una década se entregó en cuerpo y alma al gimnasio pues su sueño era participar en concursos de fisiculturismo.
“No entiendo por qué le tuvo que pasar esto. Era un joven muy sano. No tomaba, no se desvelaba… era el compañero de su madre, de la que se despidió el jueves sin saber que sería el último día que lo vería”, dice el papá, quien trabaja en otra menudería de la familia Muñoz Castillo.
Días antes, el 31 de julio, Osvaldo y sus papás acudieron al santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos.
“Era un joven honesto, trabajador. Tenía apenas un año de vida cuando entré a trabajar a la menudería, él tenía apenas ocho años de trabajar en el negocio”, recuerda con tristeza.
Osvaldo nació el 24 de noviembre de 1986, era la adoración de sus hermanas y de sus papás, Eduardo Moreno y Rosario Pérez.
“La peor tragedia de un padre es perder a sus hijos, y más de esa forma. Recuerdo que estaba yo en la menudería de Parral y Juárez, y como a las 11 de la mañana le llamó Roberto (esposo de la dueña de la menudería en la Central de Abastos) a Angélica (su suegra, dueña de la de la calle Parral) gritando que se moría. Que habían tenido un flamazo en el negocio. Pregunté por mi hijo y de momento me dijeron que estaba bien, pero mi corazón presintió que no era verdad”, dice Eduardo.
Angélica Muñoz salió en su camioneta y en el puente deprimido chocó con el muro de contención. Dejó el vehículo y corrió por el bulevar Hermanos Aldama hasta la menudería.
Se encontró con que su yerno Roberto Jiménez, su nieto Santiago, y sus empleados Catalina Carranza y Osvaldo Daniel Moreno, tenían quemaduras muy graves; su hija Alejandra Castillo y 10 clientes también estaban heridos.
Los primeros fueron llevados al Centro Estatal de Cuidados Críticos, en Salamanca. Ahí murió Osvaldo.
“Una persona me llamó para decirme que mi hijo preguntaba por sus padres, quería que nos avisaran. Ya no lo volví a ver con vida, … cuando llegamos a Salamanca murió”, dice Eduardo Moreno.
“Era un gran seguidor del equipo León. Era su pasión el futbol, hacer ejercicio. Salía de trabajar y se iba al gimnasio junto con Roberto, que está grave, y que también es un atleta”.
El sábado sepultaron a Osvaldo Daniel en el cementerio de San Nicolás.
En el novenario que se lleva a cabo en la casa de su abuelita, en la colonia Flores Magón, se pide por el eterno descanso de su alma y por la salud de sus compañeros.
En el portal de Facebook de Osvaldo subió algunas fotos en el gimnasio, así como de la playa, pues le encantaba la vida en el mar.
Ponen a operador fianzade $430 mil por su libertad
El operador de la pipa de Ultra Gas continúa recluido y hasta ayer no se había pagado la fianza de 438 mil pesos por su libertad.
El subprocurador de Justicia, Joel Romo Lozano, informó que aún falta definir el monto total por los gastos que generan cada uno de los heridos que continúa recibiendo atención médica.
Se deben pagar 438 mil 341 pesos: 341 mil por la indemnización a la familia de Osvaldo Daniel Moreno, el joven que murió; 30 mil por la libertad del operador; 62 mil 845 por los daños causados a la menudería, y cuatro mil 96 pesos por gastos funerarios.
“La cifra puede aumentar porque aún está pendiente el monto de los gastos de cada uno de los que aún están hospitalizados”, explicó el subprocurador Romo Lozano.
Recalcó que los operadores de la pipa debieron seguir el protocolo de la empresa y no dar el servicio si en el restaurante ya estaban usando fuego.
“Debieron rehusarse puesto que hay un protocolo muy claro que especifica que no deben dar el servicio si hay algún riesgo, como en este caso era el fuego del comercio, no debieron ni siquiera acercarse al lugar”, dijo Joel Romo.
El trabajador de la gasera detenido, Víctor Monjaraz, de 50 años, es respaldado por la empresa, pero hasta ayer ésta no pagaba la fianza por su libertad.
En cuanto a Israel, el otro operador implicado en la tragedia, la Procuraduría de Justicia no ha informado si está ubicado o si ya se giró orden de aprehensión.
“Aún analizamos esa parte, seguimos investigando y así como se les está procesando a Víctor su compañero será por igual”, dijo el subprocurador Joel Romo Lozano.
