La hemartrosis se caracteriza por el sangrado en los espacios articulares y comúnmente es causada por el dolor y la inflamación de una articulación simple o mano articular debido a una lesión.
Roberto Carlos Ibarra Pimentel, médico especialista en rehabilitación física, señaló que hay dos tipos de hemartrosis: aguda o traumática, depende de la magnitud de la hemorragia, la cual puede producirse en el transucurso de la enfermedad.
Los problemas de la hemartrosis en el hombro y en la rodilla son generalmente los tipos más comunes, son clasificados sobre la base de la zona de ocurrencia, también los tobillos pueden verse afectados, comúnmente los deportistas, como practicantes del futbol, son quienes la sufren.
Síntomas
Entre los síntomas se encuentran el dolor que va de leve a intenso, y que aumenta al realizar flexión o extensión de rodilla; aumento de volumen y sangrado de los espacios comunes que pueden pertenecer a las rodillas, los tobillos o el hombro; sin embargo los síntomas de la hemartrosis aguda o traumática puede ser más grave, tales casos pueden dar lugar a complicaciones graves si no se tratan a tiempo.
Entre las causas se halla un traumatismo durante la práctica del deporte o el haber hecho un movimiento brusco durante la marcha, incluso se puede considerar una problema neurológico o trastornos hemorrágicos, dependiendo de la extensión de la lesión y la zona afectada.
Los pacientes que sufren trastornos relacionados con el sangrado son los más vulnerables a la hemorragia o hemofilia hemartrosis, también pueden ser causa la neoplasia o tumores, articulación de la rodilla, neuropatía, mielopatía, daño del cartílago, daño vascular y la osteoartritis; todos estos factores pueden desencadenar hemartrosis espontáneas.
Tratamiento
El tratamiento depende de la causa y del sangrado, puede requerir punción de rodilla para extracción de sangrado, que es la técnica más común y mejora los síntomas al instante.
También se coloca una férula por una o dos semanas, hielo tres o cuatro veces al día por 30minutos, además de dar desinflamatorios y analgésicos.
Existe una tratamiento rehabilitador que va encaminado a las secuelas propias de la inmovilización como atrofia muscular y disminuir el dolor.
Consiste en ejercicios isométricos para cuádriceps, movilizaciones activas y asistidas de ser necesario, para rodilla y cadera en todos sus arcos de movilidad, en el gimnasio con banco de cuádriceps, para flexión y extensión de rodillas, corrientes fortalecedoras para cuádriceps, corrientes analgésicas y desinflamatorias, parafina, compresa caliente, hidromasaje, infrarrojo, marcha en paralelas, subir y bajar escaleras, láser y ultrasonido.
Mientras que en el tratamiento quirúrgico se puede practicar meniscectomía, que implica la eliminación de un menisco desgarrado (una cirugía de rodilla común) o la sinovectomía, que es realizar una cirugía para extraer una parte de la membrana sinovial inflamado o tejido de la articulación, que es el responsable del dolor.
También puede hacerse una osteotomía: una operación quirúrgica del hueso, que implica su incisión o transición, o bien hace runa reemplazo de la articulación y la ablación (a extirpación quirúrgica de tejido biológico).
Ibarra Pimentel, señala que para ir a tales cirugías debe primero acudir con un médico especialista en rehabilitación, para evaluar la situación y recomendar las maneras de atender la hemartrosis, porque con la ayuda, asesoría y las técnicas adecuadas, se puede evitar los efectos nocivos de esta enfermedad, que pueden ser fatales.
