¡Ay qué nervios!, parados en la cancha, los suplentes de La Fiera ya pedían el final del partido y en la tribuna pasaba lo mismo. ¡Ya árbitro! ¡ya se acabó!, hombre, tampoco le estén moviendo a sus relojes.
Pese a todo, a la desesperación, a los gritos de Juan Antonio Pizzi en el banquillo esmeralda, León logró vencer 2-1 a los Tigres, el subcampeón de la Copa Libertadores de América, ese equipo que parece estar dirigido por un Ricardo Ferretti con atole en las venas… sí, con atole en las venas hasta que ve a su equipo jugar como no le gusta.
“¡Caghajo!”, pensaba el brasileño luego del gol con el que León abrió el marcador, peor se puso con el segundo… debería imitar a William Yarbrough y su tranquilidad.
¿Está fuerte el frío William?, el arquero suplente de los Verdes, cual bailarina de ballet, prefería estirar las piernas que apoyar a sus compañeros, hombre, es que estar en la banca también cansa.
Que le pregunten a los aficionados  de La Fiera que tienen que estar 90 minutos aplatanada en unas mini butacas, cualquier pretexto es bueno para pararse: ¿Me regalas un cigarro?, ¿oootra vez?, ¡qué codos!, ya ni porque visten la misma camiseta se quieren.
Mínimo sí se consolaron cuando Tigres puso el 2-1, y rieron juntos cuando a Jorge Torres Nilo casi le dejan la nariz plana de un balozano de parte de un compañero… miren que por esos golpes sí vale la pena tirarse al suelo y sufrir un ratito.
¡Pero no te enojes Jonathan!, ¡ah!, no era por eso, Pizzi no se decidía y al ecuatoriano le urgía entrar a la cancha, tanto, que hasta la casaca se quitó con todo y playera… con razón, lo que quería más bien era presumir sus abdominales. Todos al gimnasio muchachos, si no quieren quedarse atrás.
Y es que había que ponerle atención a otra cosa, los nervios eran muchos, iguales a las ganas del cuadro del “Tuca” Ferretti por empatar el juego en los últimos minutos, hasta el árbitro César Arturo Ramos estaba emocionado, que el juego se acaba, que siempre no, que le agrego un minuto más para que sufran… ¡ya acábalo!
El reloj marcó el final del partido, el triunfo fue para los esmeraldas y los tres puntos también. ¡Uff!, ¿pero por qué hacen sufrir a la gente así?

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