La calle prolongación Faja de Oro entre las puertas 5 y 6 de la refinería presentan graves daños y charcos peligrosos para los trabajadores.
La calle que mide unos 300 metros y comunica a la puerta 5 con la puerta 6 de la refinería a donde miles de trabajadores entran por la mañana a sus labores.
El constante tráfico de camiones de carga, transporte público y particulares causó el daño en el concreto hidráulico y los baches tienen una profundidad superior a los 10 centímetros.
Cuando lluevo, pasan los camiones y lo mojan a uno, lo ensucian de lodo, a lo mejor no componen la calle porque ha de ser de Pemex”, dijo Marcos Tapia trabajador de contratista al servicio de Iberdrola.
Los cientos de ciclistas que van o salen de trabajar de las obras de la Refinería Ingeniero Antonio Manuel Amor (RIAMA), tienen que subirse a la banqueta frente a instalaciones de Pemex-Gas y la planta tratadora y evitar algún accidente.
Los conductores tienen que desplazar sus vehículos a vuelta de rueda y tratando de esquivar los baches porque los automóviles pueden sufrir daños.
También por esa calle, se desplazan las personas que viven en El Divisador, Cerro Gordo, Zapote de Palomas, Santa Rita y San José de la Montaña además de Juventino Rosas.
