Eduardo Alberto Infante Partida tiene ya 9 años que forma parte del Heroico Cuerpo de Bomberos de La Piedad, grupo que considera como su segunda casa y familia, pues pasa la mitad del tiempo dentro del cuartel a la espera de atender una emergencia.
Infante Partida cuenta con el curso de Técnico de Urgencias Médicas, avalado por la Cruz Roja, institución en la que permaneció un año. Y hace 9 ya fue invitado para formar parte los Bomberos, donde espera permanecer de por vida, “esto es lo que me gusta hacer, servir a la gente”, aseveró.

Hombre preparado
Eduardo agrega que ha tomado otros cursos como buceo, extracción vehicular, de materiales peligrosos y otros en su haber para mantenerse a la vanguardia en atención de incendios y percances.
Confesó que decidió ser bombero porque le agrada el hábito, además ha conocido a mucha gente en la institución que han fungido como sus tutores y ha aprendido mucho. Uno de ellos es el comandante Juan Núñez, Fernando, Julio y otros a quienes ya considera como su familia.
“El ambiente que hay en el cuartel, es agradable, además de que a todos lo que nos encontramos aquí, ya los considero mi familia”.
Eduardo Alberto afirmó que para ser bombero hay que tener una buena preparación y capacitación, pero también se requiere voluntad y servicio al prójimo, “porque el voluntario es la piedra angular”.

Labor de todo el día
Al ser cuestionado sobre el tiempo que permanece en el cuartel, dijo que pasa 12 horas, de 8 de la mañana a 8 de la noche. El resto del tiempo lo dedica a su esposa y a descansar los fines de semana con sus seres queridos.
Compartió que durante los servicios de urgencia en incendios, se muestra respetuoso de cada situación y es que “el miedo es parte del respeto, porque teniendo miedo, me cuido, de lo contrario no se qué me pasaría”.
Al recibir una llamada de auxilio en Bomberos, se imagina a las personas que viven en el hogar, por lo que procuran acudir de inmediato para auxiliar a las personas o para rescatar su patrimonio. A veces, dice, “sentimos impotencia de no poder hacer mucho con el patrimonio de la gente, porque cuando llegamos el incendio ya está muy avanzado”.
Para contrarrestar estos sentimientos, dijo es necesario que tomen un curso de psicología y así se liberen de estos sentimientos. “Una vez ocurrió un accidente donde volcó un auto y una niña de 13 años salió proyectada del vehículo, nos pidieron apoyo para localizarla, era de noche y al localizarla varios metros adelante, me sorprendí mucho porque tengo una hermana de su edad en ese momento; ese accidente me marcó”.
Eduardo Alberto afirmA haber visto de todo, “en otra ocasión, ocurrió un accidente y el conductor quedó prensado y trabajamos por horas para poder sacarlo del vehículo, eso crea impotencia”.

No todo es malo
En contraparte habló las satisfacciones que tiene su función de Bombero, como “ver que los niños cuando vas en el camión de Bomberos te saludan y te sonríen, porque todos -o la gran mayoría- desean ser Bomberos de grandes; me alegra muchos cuando vienen a visitarnos al cuartel al ver su cara de emoción”.
Eduardo asegura que su futuro es seguir como voluntario en Bomberos de por vida.
Por último pidió la comprensión de la población, sobre todo conductores, que cuando escuchen la sirena de una ambulancia, se hagan a un lado para que permitan avanzar a las unidades, porque “hay personas que van delante del vehículo de urgencia o detrás y buscan avanzar más rápido y podemos causar un accidente por estas acciones”.

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