Desde hace 20 años, la colonia San Juan de Abajo carece del servicio de agua y drenaje.
Cientos de familias que habitan en este asentamiento, ubicado al sur de León, deben pagar entre 300 y 400 pesos al mes para tener agua de pipas.
“Es mucho el gasto”, dijo Maribel Sánchez, quien debe pagar a la semana 75 pesos para que los piperos le llenen dos tanques que tiene afuera de su casa.
Contó que a veces se quedan sin agua cuando no tienen dinero para surtir o en temporada de lluvias que las pipas no pueden entrar a San Juan de Abajo.
“No siempre tiene uno dinero. Hay veces que voy a llenar garrafones hasta la toma de agua, pero es muy pesado porque nos queda muy retirada”.
El dinero en bancos
La falta de servicios que desde hace dos décadas viven los vecinos de San Juan de Abajo contrasta con el excedente de dinero que tiene SAPAL.
Un informe financiero de la institución, obtenido por AM, detalla que en un año aumentaron 24% sus reservas de dinero.
El activo circulante en mayo de 2014 era de 1,376 millones 894 mil pesos, mientras que en el mismo mes de 2015 se elevó a 1,703 millones 979 mil pesos.
De ese monto, casi mil millones corresponden a efectivo guardado en bancos; otros 671 millones son cuentas por cobrar.
Este año, el ‘guardadito’ de SAPAL se ha incrementado.
De 742 millones de pesos de ingresos obtenidos entre enero y mayo, la institución gastó 534 millones, por lo que tuvo un remanente de 208 millones, revela el documento obtenido por AM.
El informe detalla que al mes de mayo, SAPAL había invertido 180 millones de pesos en obras y adquisición de equipo. Ese porcentaje equivale apenas al 10.5% del dinero que tenía disponible.
“Mientras exista un leonés sin agua, SAPAL tendrá mucho por hacer”, declaró Pedro González, presidente del consejo directivo, en la entrega de una toma pública en Lomas de Medina, realizada el pasado 10 de enero.
Según el directivo de SAPAL, en un año se instalaron 33 tomas públicas, que se sumaron a otras que ya funcionaban en la ciudad.
Esas obras, sin embargo, han sido insuficientes.
Enrique Torres, director de SAPAL, informó que el 2.5% de la población de León, equivalente a 30 mil personas, todavía carece del servicio de agua.
AM constató que algunas tomas públicas no sirven (sale aire en vez de agua) y todavía quedan muchas colonias sin acceso al líquido, como muestran las siguientes historias.
Acarrean agua
Diariamente Silvia Martínez Falcón acarrea 10 garrafones de agua de una toma pública ubicada a 15 minutos de su casa, en San Juan de Abajo.
Cada garrafón pesa cerca de 20 kilos, y los debe cargar para subirlos a un ‘diablito’.
“Le sufre uno mucho porque no hay agua en las casas. Lo más pesado es llevar el agua ahorita en temporada de lluvias, porque las calles están horribles”.
A los piperos les compra cada semana el llenado de tres tinacos con capacidad de 400 litros cada uno, por los que paga 80 pesos.
Don Juan González debe recorrer más de un kilómetros para acarrear agua. “En Valle de San Juan ni luz tenemos”, dijo el hombre, quien debe atravesar la autopista León-Aguascalientes para surtir sus garrafones.
Con dificultad sube a la parrilla de su bicicleta un garrafón, para llevarlo hasta su casa.
Gema Torres ocupa las tardes para acarrear cientos de litros de agua desde una toma pública.
Mientras Gema llena los garrafones, su esposo los lleva en la bicicleta para que se haga menos pesado el traslado.
“Es muy pesado llevar agua todos los días, son como 10 garrafones”, expresó la mujer.
Anteriormente Gema y su familia vivían en San José El Alto, donde sí tenían el servicio de agua potable y drenaje; sin embargo, para ahorrarse el gasto de la renta decidieron mudarse a San Juan de Abajo.
“Nos vinimos para acá porque nos prestaron la casa donde vivimos”.
‘Hay veces que doyhasta 10 vueltas’
En su bicicleta, Juan Robledo Rangel da por lo menos 10 vueltas todos los días para llevar agua de una toma pública de la colonia Piedra Azul.
Con rostro enfadado platicó que en ocasiones no tiene ganas de hacer esta labor, pero el agua se necesita todos los días.
“Es muy pesado pero me ayudo con la bicicleta. Yo tengo más de dos años que me vine a vivir a esta colonia y desde entonces hacemos esto todos los días”.
Juan dijo que el agua que acarrea es para lavar ropa, los trastes y bañarse, por este motivo tiene que dar mínimo 10 vueltas a la toma pública.
“El agua de la toma no la usamos para beber, sólo para lavar y bañarnos, aparte compramos agua purificada del camión y pues hay veces que nos surtimos de la pipa cuando hay dinero”.
Gastan más en pipas que en renta
edro Muñoz tiene 13 años de vivir en San Juan de Abajo y siempre se ha surtido con agua de pipas.
“Cada semana gastamos 70 pesos para llenar el tinaco de mil litros, no nos aguanta más tiempo, más el agua que compramos para beber. La verdad sí nos urge que nos pongan el agua potable y el drenaje que sería lo más necesario”.
Platicó que en algunas ocasiones el agua de las pipas llega con tierra y esta situación les preocupa porque la utilizan para bañarse.
Pero no es el único problema en el hogar de Pedro, donde habitan otras 5 personas. Cada año gasta 800 pesos para limpiar la fosa séptica donde descargan los desechos de la casa.
“Si sumamos lo que gastamos al año yo creo que sí pagamos mucho más que si tuviéramos el agua potable, ojalá que las autoridades nos miren cómo estamos padeciendo para que nos pongan el servicio”.
Un problema similar vive la familia de Guadalupe Alcacia Trujillo, quien paga más en el agua de pipas que en la renta de su casa.
Ella vive en la colonia popular Villas del Campo, ubicada cerca de Ampliación San Francisco, en donde no hay red de agua potable ni drenaje.
Guadalupe platicó que mensualmente paga 400 pesos de renta por la vivienda donde habitan 9 personas, cantidad similar a lo que gasta por comprar agua.
“Hay veces que gastamos más en agua que en la renta, nos hace mucha falta porque hay gente que paga la mitad por el agua de tubería”.
En la colonia que está frente a su vivienda ya se cuenta con el servicio de agua potable.
“Cuando no tenemos dinero mando a mis niños a traer agua de las tomas que están en la colonia Piedra Azul, pero es muy pesado para acarrearla”.
Reciben aireen vez de agua
Hace dos meses, los habitantes de la colonia irregular Lomas de la Hacienda, al norte de Villas de San Juan, estaban contentos porque les habían instalado una toma de agua pública.
Sin embargo, la alegría les ha durado muy poco porque el agua no llega y de las llaves sólo sale aire a un presión muy alta.
“Es rara la vez que sale agua en la toma, más bien es aire y la verdad nos hace mucha falta. Cuando la instalaron pensamos que ya no íbamos a sufrir tanto por el agua, pero no sirvió de mucho”, platicó Martín Hernandez, vecino del lugar.
El hombre explicó que como Lomas de la Hacienda es una colonia asentada en la ladera de un cerro, el agua no alcanza a llegar, ni siquiera en la noche cuando sube la presión.
“Ni en la noche ni en el día sale agua, yo creo que no tiene presión porque estamos cerca del cerro, pero eso lo debieron tomarlo en cuenta, ya les hemos dicho a los de SAPAL, pero el problema sigue”.
‘Estamos tomando previsiones’
El dinero que tiene guardado SAPAL es para enfrentar futuros compromisos financieros, aseguró José Enrique Torres López, director de la institución.
Reconoció que cuando una institución que presta un servicio público empieza a acumular dinero, no es bien vista.
“SAPAL no está hecha para generar utilidades, ni para ganar en activos, ni para tener el dinero en bancos, debe de tener un destino ese dinero”, aceptó el funcionario.
Aclaró que en el caso de SAPAL, los 1,700 millones que tienen en activo circulante tienen la finalidad de tomar provisiones para compromisos a corto, mediano y largo plazo, como los pagos mensuales que tendrán que hacer por traer agua de la presa El Zapotillo.
“Puede parecer excesivo ese dinero (los 1,700 millones), pero ese es un punto de vista; ese dinero tiene un destino manifiesto”.
Hay que aclarar -dijo- que gran parte de ese dinero está comprometido.
Mencionó que el mes pasado el consejo autorizó una aportación de 100 millones de pesos para asegurar el proyecto de abasto de agua del Zapotillo.
Torres López explicó que El Zapotillo es un compromiso a 22 años y por eso están tomando provisiones.
El activo circulante va a comenzar a bajar cuando se comiencen a cubrir los pagos de 25 millones de pesos al mes, completó el funcionario.
“Esta es una política responsable desde mi punto de vista, lo que necesitamos es que todos los compromisos que SAPAL enfrente haya con que poderlos afrontar y solventar. SAPAL es una institución sana, que está invirtiendo en obra, tenemos que guardar el dinero”.
Manifestó que tener este dinero beneficia al SAPAL. “No puede estar ocioso, está invertido y está pensado para las acciones a corto, mediano y largo plazo”.
El interés que genera el dinero que está en bancos es del 3.5% anual.
“Ese dinero se utiliza para todo, provisiones necesarias para hacer acopio de recursos, para enfrentar los pasivos de largo plazo que tenemos con el Zapotillo y la planta de tratamiento, invertir 600 millones de pesos en obra, es para lo que sirve”.
Declaró que la tendencia de aumentar los activos, comenzó desde el año 2009.
“Esto es para afrontar los tres tipos de responsabilidad que tiene SAPAL: ser sustentable financieramente, socialmente y ambientalmente. Se han tomado compromisos de largo plazo que tengan un recurso disponible, hoy El Zapotillo es el gran compromiso”.
Y concluyó: “(El dinero) no es de nadie, no es de nosotros, no es del consejo, es de los leoneses, solamente que tiene un destino y es un destino que son compromisos de corto, mediano y largo plazo”.
