Los vecinos de zonas aledañas a las vías del ferrocarril, se siguen quejando del fuerte silbido del tren, que cada vez es más prolongado.
Recordaron que el alcalde Ismael Pérez Ordaz, no ha cumplido su palabra de pedir a la empresa de ferrocarriles frenar este suceso.
El ruido rebasa la norma ambiental, lo cual genera daños a la salud. Sobrepasa por 40 puntos, los decibeles permitidos.
La norma ambiental permite que el ruido llegue a los 65 decibeles, pero en el paso del tren por los diferentes cruceros en Celaya, llega a 105 ó 110 decibeles, durante un periodo de alrededor de 30 segundos -en cada cruce-, sin contar lo ruidoso que molesta durante todo el trayecto de paso, según estudios que ha hecho el Instituto Municipal de Ecología (IMEC).
Es decir son 40 decibeles extras de los permitidos.
Según los estudios del IMEC, se hicieron mediciones durante el paso del tren y se determinó que en cada cruce el tren dura alrededor de 20 segundos, que para los vecinos puede ser más largo el tiempo, debido a que “silba” en cada crucero, pero es relativamente poco el tiempo que pita.
Sin embargo, los vecinos de colonias que están ubicadas a un lado de las vías, refirieron que es bastante molesto y que ha afectado su salud.
“Si dicen que son 12 segundos, pues es demasiado, porque aquí cada cruce es en cada cuadra, o sea que apenas termina un pitido y empieza el otro, pues es obvio que no deja de pitar por todo su paso por la ciudad. Se oye desde que llega a Celaya y hasta que sale de la zona urbana”, dijo Alejandra Mejía.

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