A su corta edad Miriam Azucena Reyes Flores ya es paramédico en el H. Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Rescate y Salvamento de Michoacán, y busca seguir preparándose para poder ayudar más a la sociedad.
La joven paramédico externó que desde hace tiempo, pensó en ser lo que hoy es, una paramédico, porque pensaba en su abuela o algún familiar que pudiera requerir esta atención, para ayudarlos y no nada más a sus familiares, sino a la población en general.
En su familia, sólo ella se interesó en el servicio de paramédico, sabiendo que cada servicio que realiza en la corporación, deja una enseñanza.
Su primera aproximación
Miriam Azucena confesó que el primer servicio que realizó fue muy significativo para ella. Se trató de un accidente donde en el vehículo siniestrado viajaba un matrimonio, percance en que él resultó más lesionado, por lo que recuerda que al inicio era todo nervios, pero ahora los transforma en experiencia y hace de ellos una enseñanza.
Cada que sale a un servicio, al desconocer que ocurre en el lugar donde se requiere la presencia de paramédicos y ambulancias, imagina lo peor; pero al llegar la inmensa mayoría de los casos no son de gravedad, “sólo algunos sobrepasan la imaginación, pero para eso estamos para ayudar a la ciudadanía que lo requiere”, dijo la joven.
En ocasiones, durante los servicios surgen sentimientos encontrados, “porque en algunos accidentes la magnitud supera las expectativas y hay momentos en que ya nada se puede hacer, y uno siente frustración al no poder hacer más por las personas, pero me guardo el sentimiento; ya a solas, aparte, analizó y trato de sacar las mejores conclusiones, que se transforman en experiencias”, señala.
Apoyo no remunerado
Azucena externó que cuenta con el apoyo familiar para desarrollar esta actividad, aunque en ocasiones sí le cuestionan su actividad si no le pagan; ella aseveró que es lo que más le gusta hacer, “me da más fuerzas de aportar algo a la sociedad, aunque no espero nada a cambio, por lo que todavía habrá Miriam para rato en el servicio”.
Señala que tiene que hacer otras actividades como asistir a la escuela, ya que actualmente cursa la preparatoria, y por supuesto tiene obligaciones en su casa.
Dijo que la corporación a la que representa, es su segunda casa y familia, porque se la llevan muy bien, además de que cuenta con el respaldo de sus superiores en las labores diarias.
Luego de realizar un servicio, señala que se siente relajada poder ayudar a la sociedad, aunque en ocasiones el trabajo se carga, y se tiene que improvisar, como ocurrió en un día que les tocó acudir a tres servicios uno tras otro.
Invitó a los jóvenes a que se sumen a realizar alguna actividad, pero que esta vaya a favor de la sociedad, “porque es una manera de eliminar la energía acumulada, integrados a un grupo haciendo una actividad a favor de la sociedad”.

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