Es necesario el apoyo del gobierno para que el rebozo, prenda típica de la ciudad, pueda resurgir como años atrás, así lo señala Ramón Zambrano Zamora, propietario de una de las reboceras con más años y prestigio en La Piedad.
Ramón Zambrano recuerda cuando su padre inició el negocio con su primera tienda de rebozos en el año de 1935, desde pequeño trabajó en el telar de su padre, y después de algunos años se independizó y junto con su esposa inició un taller pequeño.
Los mejores tiempos del rebozo, recuerda, fue cuando llegaron a existir hasta 48 grandes talleres en La Piedad; sin embargo, la primera crisis fuerte fue cuando el IMSS obligó a los propietarios a inscribir a sus trabajadores y hubo muchos que no pudieron.
Actualmente dice que deben quedar entre 5 y 6 reboceras y el gobierno no ha tenido un plan o alguna estrategia de impulso serio para favorecer a productores.
“No se ha exportado como se debe y no es por falta de mercado, sino por falta de apoyo y de difusión e impulso de esta prenda. Alguna vez tuve la oportunidad de exportar a Los Ángeles y San Francisco y el producto se vende bien”, platicó el productor.
“El mercado que actualmente cubro está en el D.F., Oaxaca, Chiapas, San Luis Potosí y Guadalajara, pero apoyada como otras industrias, puede ser generadora de mucho empleo, ya que actualmente con mis limitaciones yo les doy trabajo a mucha gente del campo”.
La gente de comunidades realizan maquila importante en la elaboración del rebozo, por lo que les afectaría que esta prenda desapareciera.
