Ellos son como tantos jóvenes piedadenses que en lugar de ir a una escuela prefieren andar en las calles deambulando con su cajón de bolero, para llevar un peso a su casa.
Son los hermanos Julio César y Cristian, quienes en lugar de estar adentro del aula de clases, transitan por la Plaza Principal con sus respectivos cajones, buscando clientes para hacerse llegar un dinerito.
Empiezan a trabajar entre diez y once de la mañana, Cristian que está por cumplir los catorce años ya cuenta con tres tatuajes en el cuerpo, y aseguró que prefiere trabajar en la calle que estudiar, pues de ello obtiene ya una ganancia.
Por su parte Julio César, quien sólo terminó el cuarto de Primaria, dijo que siente ganas de volver a clases pero no sabe cuándo lo hará. Ambos aseguraron vivir con sus padres; aunque dijeron tomar ya sus propias decisiones pues ya se sienten lo suficientemente grandes.
En promedio ganan unos cien pesos diarios, de los cuales disponen para comprar su cajetilla de cigarros, mencionaron que no practican ningún deporte, que sólo se pasan las tardes en la calle con sus amigos, los cuales consumen tabaco.
Para ellos es normal hacer ese tipo de cosas, incluso pelearse a golpes, pues lo toman como una diversión más, ya que sus padres no les prohíben ese tipo de cosas.
Es importante que los jóvenes piedadeses hagan de su vida algo productivo, tienen derecho a ejercer la educación, a realizar cualquier actividad deportiva o artística. Estos jóvenes son un claro ejemplo de la falta de interés por prepararse, además de que no reciben un impulso por parte de su familia.
Y así como Julio y Cristian existen más jóvenes en este municipio, no sólo en la ciudad, que prefieren andar en las calles, tal vez ejerciendo un oficio de bolero, pero rezagados en la educación.
