Luis Alberto Alvarado Castillo se desempeña desde hace 10 años como paramédico de Protección Civil Estatal en La Piedad, y señala que su pasión es esta actividad, donde entrega el tiempo, su preparación y hasta la vida misma por salvar a otras personas.
Luis Alberto dijo que esta pasión por ayudar a conocidos y desconocidos nació por medio de su hermano, José Antonio, Bombero que luego se convirtió en paramédico.
A una pronta edad
A la edad de 8 años inició acompañando a su hermano José Antonio al cuartel de bomberos de La Piedad, donde se filtraba ‘de incógnito’ para que no impidieran estar en ese lugar.
En un inicio, Tanta fue su pasión por ser bombero que en una ocasión prendió fuego a su propia casa. Recuerda que su madre hacía coronas de flores con pasto seco, por lo que una tarde se colocó casco y botas y prendió la yerba seca pero el fuego se salió de control de modo que su familia al final tuvo que extinguir el fuego provocado por Luis Alberto.
Posteriormente, José Antonio tomó un curso de paramédico en Protección Civil, gracias a su hermano su ejemplo a seguir; así se integró a Protección Civil a los 12 años, aunque permanecía en la base por su corta edad y no podía salir a servicio en las ambulancias.
Un poco después, decidió seguir capacitándose y tomó el curso para Técnico en Urgencias Médicas (TUM), preparación que ha mantenido hasta la fecha.
Recuerdos del oficio
Entre sus anécdotas, recuerda que hace algunos años acudió a prestar un servicio de urgencia a la colonia Ciudad del Sol, donde una persona estaba dentro de un aljibe pintando con pintura acrílica, y por el reducido espacio y falto de oxígeno, la persona comenzó a sentirse mal.
Dijo que al llegar al domicilio se introdujo al aljibe, pero no contaba que él también se podría mal por la falta de oxígeno, por lo que fue necesario pedir más refuerzos; sin embargo en un momento reaccionó para volver tomar aire y reingresar, logrando rescatar a ese hombre que pudo haber muerto por asfixia.
Apuntó otra anécdota en su vida de paramédicos. señala que el motivo que tuvo para ingresar a capacitarse en buceo, es que acudieron a un servicio a una presa en el municipio de Degollado, Jalisco, donde intentaban rescatar a una persona que se ahogaba. a partir de ahí decidió capacitarse en el nado profundo, que a la fecha le ha servido mucho pues ha apoyado a muchas personas de La Piedad y la región con sus conocimientos.
Afirmó que el mejor pago que ha recibido, es la satisfacción de servir a la ciudadanía, porque en otra ocasión acudió al rescate de una persona prensada dentro de un vehículo en Yurécuaro, donde trabajaron por varias horas y al final lograron rescatar con vida a varias personas.
Este último, dijo que al paso de 8 días, una de las personas que estuvieron prensadas al interior de la unidad, acudió aún con lesiones para darle las gracias por el apoyo, el tiempo y por haberle salvado la vida.
Tragos amargos
Luis Alberto Alvarado Castillo Dijo que como en toda actividad en la vida no todo es satisfacción. y recordó la muerte de su abuelita, que por más que intentaron llegar a tiempo a su rescate, ella había muerto por infarto; aunque le dieron resucitación cardiopulmonar, no fue posible mantenerla con vida.
Ese momento lo ha marcado, “es un momento en que se siente uno mal, no poder ayudar a alguien a quien quieres mucho, me dio un bajón emocional por no haber podido ayudarla como se merecía”, externó Luis Alberto, quien al recordar aprieta sus manos y suspira profundo para seguir con la plática.
Alvarado Castillo señala que en ocasiones al compartir la situación que viven otras personas, principalmente cuando fallece una persona, las lágrimas se le quieren salir pero sabe que tiene que hacerse fuerte, porque debe seguir atendiendo emergencias en su papel de rescatista.
Entregado en cuerpo y alma
Luis Alberto dijo que pasa el 80% de su tiempo en Protección Civil y el 20% restante lo dedica a su familia y a sus asuntos personales, pero sostiene que es feliz ayudando a la ciudadanía, además de que ha encontrado muy buenas amistades en la delegación.
Los riesgos en esta actividad siempre están en su mente; Reveló que cuando reciben un reporte de una persona baleada en ocasiones causa miedo.
Aún en sus días de descanso, apoya a sus compañeros cuando se le requiere como es el reciente caso de una persona prensada en la carretera La Piedad-Pénjamo, “era mi día de descanso, pero se trataba de ayudar y sin pensarlo ya estaba en el lugar del percance”.
Recuerda Luis Alberto que al iniciar en Protección Civil, su familia le pedía buenas calificaciones en la escuela, ya que de lo contrario no podía asistir a la delegación, por lo que en capacitaciones y en lo académico siempre estuvo bien preparado.
