La cabeza levantada, las manos un poco hacia el frente, unas pequeñas cápsulas sonoras pegadas al cuero del balón; carecer del sentido de la vista no es pretexto para no jugar futbol cuando se cuenta todavía con los cuatro sentidos restantes.
Una experiencia para valorar lo que se tiene y no lamentarse por lo que falta, fue la que vivieron los jóvenes del bachillerato Luis Long, quienes en una cancha de cemento jugaron un partido amistoso contra la selección de invidentes de Guanajuato.
Con los ojos vendados y sin más ayuda que los oídos para guiarse y las manos para ubicarse, fue como los estudiantes se pusieron en los zapatos de una persona invidente, se metieron en la piel de jóvenes como Iván, cuya discapacidad no le impidió desempeñarse en un deporte que desarrolla a la perfección.
“Yo juego futbol desde niño, con un balón normal salía a la calle con mis amigos de la cuadra y creo que eso me ayudó mucho para formar parte de la selección, aunque ya en el futbol para ciegos hay ciertos elementos que nos ayudan a situarnos en el terreno de juego”, dijo Iván, autor de los goles de su cuadro.
Caminando, encontraba rápidamente el balón evitando chocar con los jóvenes de la preparatoria que tuvieron que entrenar durante una semana para estar a buen nivel; no tuvieron oportunidad, pues Iván y sus compañeros cruzaban como bólidos la cancha conduciendo la bola de forma particular.
Pisar un poco la pelota les permitía mantenerla pegada al pie mientras se acercaban a la portería, una técnica muy útil pues en el partido no contaron con los balones especiales con los que juegan. Eso no frenó a nadie, el arco lo tienen grabado en la mente.
“El balón que utilizamos tiene cápsulas pegadas al cuero, eso hace que suene más. En la cancha yo utilizo mucho las manos porque cuando me acerco a la pared siento como una pequeña sombra, y para no chocar con los demás siempre tienes que ir con la cabeza levantada y las manos hacia adelante”, señaló Iván.
Lo que tenemos es muy valioso, ese fue el aprendizaje de los estudiantes que sintieron vivamente los obstáculos a los que las personas invidentes se enfrentan día a día por un partido de futbol.

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